
Los equipos de emergencia suspendieron este domingo la búsqueda de víctimas tras las devastadoras inundaciones en el centro de Texas, debido a nuevas advertencias meteorológicas que indican un alto riesgo de desbordamientos.
Es la primera vez que el clima impide los operativos desde las fuertes lluvias del pasado 4 de julio. El Departamento de Bomberos de Ingram ordenó evacuar el corredor del río Guadalupe en el condado Kerr, ante el inminente peligro de una inundación repentina.
El portavoz Brian Lochte informó que los trabajos podrían reanudarse este lunes si las condiciones del río lo permiten. Mientras tanto, los equipos SAR (búsqueda y rescate) continúan en alerta con aerodeslizadores y botes en preparación.
Río Guadalupe en riesgo
El Servicio Meteorológico Nacional advirtió que el río Guadalupe podría elevarse hasta 4.6 metros, lo que colocaría bajo el agua el puente de la carretera 39 en Hunt. La alerta menciona que numerosas vías y puentes secundarios ya están cubiertos por el agua y representan un riesgo extremo.
Durante la madrugada del 4 de julio, el nivel del río subió 8 metros en solo 45 minutos, arrastrando casas, vehículos y dejando múltiples personas atrapadas. Desde entonces, se ha utilizado tecnología aérea y marítima para hallar víctimas y rescatar a personas en campamentos aislados y árboles.
Las lluvias afectaron particularmente a la región de Hill Country, donde se encuentran zonas turísticas como Camp Mystic, un campamento cristiano de verano fundado hace más de 100 años. Este lugar perdió al menos a 27 campistas, guías y al propietario Dick Eastland.
A cold front stalling over the southern Plains will trigger thunderstorms with heavy to excessive rainfall and possible flooding on Saturday. Head to https://t.co/VyWINDk3xP for more details to help plan out your weekend wherever you’ll be. pic.twitter.com/p9c4gRpU2C
— National Weather Service (@NWS) July 11, 2025
Según expertos, la crecida fue mucho más severa que el evento de 100 años previsto por la FEMA, y sorprendió a los habitantes del condado, que carece de un sistema de alerta temprana.
En total, la tormenta dejó caer 120 mil millones de galones de agua en el condado Kerr, según estimaciones del meteorólogo Ryan Maue. El impacto fue tal que superó la capacidad de respuesta local.
También se han reportado inundaciones colosales en otras zonas del estado. En San Antonio, a mediados de junio, cayeron más de 18 centímetros de lluvia en pocas horas, provocando decenas de rescates y la muerte de al menos 13 personas.