La empresa Tesla instalará un ecosistema industrial que incluirá armadoras automotrices en varios estados del país, así lo adelantó el secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard.
Al final de una reunión en el Consejo Coordinadora Empresarial (CCE), el canciller dijo que en los próximos días el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador y el dueño de Tesla, Elon Musk, sostendrán una conversación telefónica para definir las entidades beneficiadas.
“Ellos están pensando en un ecosistema, es decir, lo que yo entiendo, su idea no es vamos a instalar una planta, sino que sepan en qué estados están los que nos surten, qué tipo de servicios vamos a necesitar logísticos y de otro tipo, y qué cosas podemos producir en México, por eso se llama ecosistema Tesla”, comentó el secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard Casaubón.
Ese aeropuerto, situado en el Estado de México, es una de las obras emblemáticas de López Obrador. El canciller mexicano ya había confirmado la intención de la firma de invertir en México.
“Estamos esperando la decisión que tomen ellos, de localización probablemente no tome tanto tiempo”, apuntó Ebrard el jueves pasado al finalizar una presentación de un parque de energía solar que se construye en el norteño estado de Sonora.
Fronterizo con Estados Unidos, el estado de Sonora cuenta también con yacimientos de litio, un mineral clave para las baterías de autos eléctricos y nuevas tecnologías, los cuales el Gobierno mexicano declaró propiedad de la Nación.
Tesla y EUA
Asimismo, Tesla acordó desplegar al menos 7 mil 500 centros de carga en todo el país para vehículos eléctricos que no sean de la compañía hacia fines de 2024, según una hoja informativa divulgada por la Casa Blanca que presenta sus últimos esfuerzos para agregar 500 mil cargadores de ese tipo de automóviles para 2030.
El gobierno ha tenido con frecuencia relaciones espinosas con Musk, pero funcionarios de la administración de Joe Biden sostuvieron el martes que el multimillonario había respondido cuando contactaron a los principales actores de la producción de vehículos eléctricos para extender la red de carga.
La falta de capacidad de carga suficiente se ha visto como un obstáculo importante para la transición hacia el transporte eléctrico en Estados Unidos, y el temor de los conductores por la falta de cargadores disponibles ha sido denominado “ansiedad de alcance”.
Actualmente, los propietarios de Tesla pueden comprar un adaptador para cargar sus vehículos en estaciones EV que no sean de Tesla, pero otras marcas no pueden hacer lo mismo en la red de la empresa propiedad de Musk.
Se considera que la red de “supercargadores” de Tesla constituye una ventaja sobre la que están construyendo otras compañías. La legislación aprobada por demócratas y republicanos en 2021 fue respaldada por Biden e incluyó 7 mil 500 millones de dólares en fondos para cargadores de vehículos eléctricos.
El cambio de Tesla para permitir la carga de otras marcas con un adaptador facilita a la compañía de Musk calificar para subsidios otorgados por el gobierno federal, según indicaron el martes funcionarios de la administración Biden.
La actualización de la política de la administración Biden también citó compromisos de carga de otras empresas líderes, incluida una sociedad conjunta entre Hertz y BP e iniciativas de General Motors, ChargePoint y otras.