La protesta de grupos de extrema derecha afines a Donald Trump estuvo a punto de ocasionar una revolución armada en Estados Unidos.
Una nueva guerra civil a partir de la toma del Capitolio el 6 de enero de 2021. La idea era impedir que la derrota republicana en las urnas consumara el arribo demócrata de Joe Biden a la presidencia.
Este relato es de uno de los actores de la rebelión frustrada, ante el comité del Congreso que continúa la indagatoria.
“Tenemos que dejar de andar con rodeos y hablar de verdades. Lo que iba a ser era una revolución armada. La gente murió ese día; había una horca instalada. Esta podría haber sido la chispa que iniciara una nueva guerra civil”, declaró Jason Van Tatenhove, exvocero del grupo extremista Guardianes del Juramento.
Todo comenzó la mañana del 19 de diciembre de 2020, justo cuando el Colegio Electoral declaró el triunfo de Biden.
Fiel a su estilo, Trump arengó en un tuit a sus seguidores.
“Es sábado 19 de diciembre del año 2020. Acaba de ocurrir uno de los eventos más históricos en la historia de Estados Unidos. El presidente Trump, temprano en la mañana; hoy tuiteó que quiere que el pueblo estadounidense marche sobre Washington DC, el 6 de enero de 2021″, dijo Alex Jones, líder social de extrema derecha.
El mensaje se viralizó…
“Sólo vamos a ser salvados por millones de americanos que se mudan a Washington, ocupan toda la zona. si es necesario, a asaltar directo a la capital. Nosotros conocemos las reglas de compromiso. Si tienes suficiente gente, puedes derribar cualquier tipo de cerca o pared”, sostuvo Matt Bracken, activista de extrema derecha.
Ninguno de los cercanos colaboradores de Trump estuvo de acuerdo con la estrategia extrema, confirmó el comité en su séptima audiencia.