El embajador de Estados Unidos en México, Ken Salazar, dijo que en la medida que se trabaje en las zonas de mayor inseguridad, donde existen focos rojos y amarillos, habrá más confianza para los ciudadanos y la inversión.
Tras reunirse con empresarios de ambos países, comentó que el Gobierno de Estados Unidos ofreció a México todo su apoyo en la lucha contra la criminalidad.
“El objetivo de nosotros, de Estados Unidos, siempre con el respeto a la soberanía de México, es de asegurar que lleguemos a resultados en esto de la seguridad y que, en su tiempo, podamos tener un México donde todo esté en verde”, dijo Ken Salazar.
Además, comentó que para subir el nivel de seguridad se necesita un diálogo y esfuerzo con el sector privado, la sociedad civil, la academia y la Iglesia.
También reiteró que se seguirá trabajando con los distintos órdenes de Gobierno y con todos los interesados para alcanzar la seguridad compartida.
Asimismo, indicó que los planes acordados por los presidentes Andrés Manuel López Obrador y Joe Biden, en diciembre pasado, son buenos, pero que se requieren mejores resultados.
Los planes que llevamos México y Estados Unidos son buenos, lo que se requiere ahora son los resultados y eso es la cooperación que existe agregó.
Ante los recientes hechos de violencia registrados la semana pasada en Baja California, Jalisco, Michoacán y Chihuahua, el embajador los calificó como inseguridad real más que como terrorismo.
“No es que la violencia se va a resolver ahora los pueblos tienen derecho a vivir sin miedo. Para llegar a que un pueblo viva sin miedo tiene uno que poner el esfuerzo”, expresó.
Finalmente, sobre los resultados del reporte anual sobre alerta de viaje al país, con un mapa de la inseguridad que registra seis estados en rojo y siete en naranja, mencionó que lo que quieren es que todo el país esté en verde.
Empresarios y la seguridad
Por su parte, el presidente del Consejo Coordinador Empresarial (CCE), Francisco Cervantes, se pronunció por mejorar los protocolos de actuación de las fuerzas de seguridad.
Además, respaldó que el Ejército Mexicano entre a las entidades con niveles altos de criminalidad.
“Es muy importante ya que el ejército entre con toda fuerza, eso, voy a buscar el secretario para platicar de eso, yo creo que el ejército tiene que entrar”, señaló Francisco Cervantes.
¿Qué es el Entendimiento Bicentenario?
El Entendimiento Bicentenario sobre Seguridad, Salud Pública y Comunidades Seguras entre México y Estados Unidos establece un marco integral y de largo plazo que guiará en adelante las acciones binacionales en la búsqueda de seguridad, salud y desarrollo para ambas sociedades.
Asimismo, incorpora las prioridades de cada país en materia de seguridad, haciendo énfasis en la atención de la violencia a través de una respuesta impulsada por la justicia y el uso de la inteligencia contra el crimen organizado y basada en una cooperación efectiva en materia de aplicación de la ley.
También incluye un enfoque de salud pública y desarrollo como parte de una estrategia integral de cooperación entre ambos países.
En octubre del año pasado entro en vigor este nuevo entendimiento, el cual el canciller mexicano, Marcelo Ebrard, calificó como una buena noticia.
“Es una buena noticia para nuestras sociedades porque va a permitir que tengamos mejores resultados, finalmente de eso se trata. Vamos a dar buenos resultados para nuestras sociedades”, comentó.
Por su parte, el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, dijo que después de 13 años de la Iniciativa Mérida, “es momento para un nuevo acercamiento integral para nuestra cooperación en seguridad, que nos vea como socios iguales para compartir nuestras prioridades y así, atender los retos como la corrupción, no solamente en la aplicación de la ley, sino también la salud pública, aplicación de la ley y oportunidades económicas”.
La Iniciativa Mérida fue un programa de cooperación de seguridad establecido por Estados Unidos en acuerdo con México, y los países de Centroamérica para combatir el narcotráfico y el crimen organizado.
El acuerdo fue aceptado por el Congreso de los Estados Unidos y activado por el expresidente George W. Bush el 30 de junio de 2008.