Al menos 16 personas fallecieron en Afganistán en cuatro atentados con bomba, tres de ellos contra minibuses en Mazar-i-Sharif (norte) y uno contra una mezquita en Kabul, anunciaron las autoridades.
Los atentados contra los tres minibuses fueron perpetrados por el grupo yihadista Estado islámico.
“Las bombas fueron colocadas a bordo de tres minibuses en diferentes barrios de la ciudad”, declaró el portavoz de la policía provincial de Balj, Asif Waziri.
Al menos 10 personas murieron y 15 resultaron heridas en estos tres ataques.
“Los soldados del califato hicieron explotar dos bombas colocadas en dos buses y una tercera bomba en un tercer bus”, indicó el Estado islámico a través de Telegram.
Según la responsable del servicio de salud de Balj, Najibullah Tawana, tres mujeres figuran entre los 10 muertos en las explosiones de los minibuses.
Asimismo, otro atentado con bomba por la noche golpeó una mezquita en la capital, Kabul, y mató al menos a seis personas e hirió a otras 18, según un último balance divulgado por el portavoz policial en la capital, Khalid Zadran.
Tras el atentado, testigos en Kabul vieron varias ambulancias circulando hacia el lugar de la explosión, que no ha sido reivindicada hasta el momento.
El Ministerio del Interior señaló que la bomba había sido colocada en el interior de un ventilador de la mezquita.
Estos ataques dirigidos específicamente a miembros de las comunidades chiita hazara y sufíes reflejan elementos de una política organizada, que lleva el sello de crímenes contra la humanidad declaró el relator especial de la ONU para los derechos humanos en Afganistán, Richard Bennett.
Bennett pidió una investigación sobre los atentados al concluir una visita a Afganistán, donde se reunió con varios funcionarios talibanes.