El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, firmó su polémica ley fiscal que coincide con el Día de la Independencia, y que él mismo estuvo presionando a los legisladores republicanos para que se aprobará para esta fecha simbólica.
“Lo que hemos hecho es reunir todo en un solo proyecto de ley. Nunca ha sucedido antes. Es el proyecto de ley más grande de su tipo en la historia. Nunca habíamos tenido algo así. No pensaron que sería posible que algo así se aprobara”, expuso Trump.
La ley establece exenciones fiscales y recortes importantes al gasto social, por lo que legisladores demócratas, ciudadanos y analistas han calificado como regresiva, pero que le permite a Trump cumplir con promesas de campaña.
Esta ley incluye exenciones fiscales para la población con mayores ingresos.
El beneficio se verá reflejado en un aumento en sus percepciones anuales, en promedio de 103 mil 500 dólares, de acuerdo con estimaciones de The Budget Lab, un centro de investigación de Yale.
SIGNED. SEALED. DELIVERED. 🧾🇺🇸
— The White House (@WhiteHouse) July 4, 2025
President Trump’s One Big Beautiful Bill is now LAW — and the Golden Age has never felt better. pic.twitter.com/t0q2DbZLz5
Para recuperar los ingresos que se dejarán de percibir por concepto de impuestos, la administración Trump hizo importantes recortes.
Uno de los ajustes más cuestionados es al programa de Seguro Médico Público conocido como Medicaid, por una cantidad de mil millones de dólares.
Su efecto se traducirá en que al menos 11 millones de estadounidenses con discapacidades y bajos recursos no tengan este servicio. Otro es el apoyo para alimentos para los grupos más vulnerables.
Tres millones de personas no podrán acceder a cupones de comida, y 18 millones de niños y niñas se quedarán sin comida en las escuelas.
Por el contrario, contiene un aumento histórico al presupuesto militar y recursos para financiar la seguridad fronteriza y aplicar medidas antiinmigrantes.
Protestas contra la ley fiscal
Este 4 de julio, ciudadanos se organizaron para protestar contra las políticas del presidente Trump, que califican de represivas.
En Washington, Nueva York, Miami y otras ciudades, los manifestantes denunciaron recortes al gasto público y rechazan las medidas que se han aplicado para detener y deportar personas migrantes.