En Turquía y Siria, bajo un intenso frío, los sobrevivientes del devastador terremoto carecen de viviendas, servicios básicos, medicinas, ropa y alimentos.
“Nuestras condiciones son realmente malas; nos estamos congelando Estamos durmiendo en el patio de una mezquita. No podemos encontrar un refugio. No hay agua, no hay electricidad. Todos nuestros niños están enfermos”, dijo Habibe Polat, habitante de Adiyaman, Turquía.
“Queremos viviendas; ayuda psicológica y financiera del Estado… Nuestros hogares están destruidos… Que puedan construirnos una casa o darnos el dinero para comprar una”, Cengiz Karadag, continuó.
En Turquía, 15 millones de personas resultaron afectadas en nueve ciudades, entre éstas Adiyaman y Gaziantep, epicentro del sismo de magnitud 7.8. Las operaciones de rescate, en la que participan equipos locales y de otros 61 países, entre ellos México, terminaría este jueves 15 de febrero.
“La fase de rescatar personas con vida y encontrar a la gente que murió en el sismo, está por terminar. Ahora la etapa humanitaria, la urgencia de dar albergue, atención psicosocial, alimentación, educación escolar y sentido de futuro a esas personas, esa es nuestra obligación ahora”, comentó Martin Griffiths, director de Asuntos Humanitarios, ONU.
En Antioquía, Turquía, la que fue una calle transitada llena de comercios, hoy está en ruinas.
Aún hay esperanza de encontrar a más sobrevivientes. En Hatay, una niña fue rescatada con vida, a una semana de permanecer bajo los escombros.
En todo el país ya fueron detenidas 97 personas por participar en saqueos.
En Siria, en cuatro ciudades devastadas y sus alrededores, hay once millones de personas que padecen los estragos.
Los servicios médicos están rebasados y son insuficientes para atender a los heridos.
“Los recursos son limitados en comparación con la escala de este desastre y en las áreas controladas por los rebeldes no tenemos la infraestructura ni los hospitales para recibir tal cantidad de pacientes”, comentó Mostafá Al-Yamany, médico Cirujano, Siria.
“Ahora vivimos en la calle, justo al lado de la calle, nos quedamos en la noche en el patio o dentro del carro”, señaló Abu Abed Al-Khalek Jandaris, habitante de Siria.
El presidente Bashar al Assad, anunció la apertura de otros dos puntos para que la ayuda pueda llegar desde siria a la zona noroeste del país, controlada por rebeldes.
La ayuda de la ONU a los sirios damnificados era enviada desde Turquía, pero los daños a las carreteras, complicaron esta entrega.
