Un misil ruso impactó cerca de una planta de energía nuclear en el sur de Ucrania sin dañar los tres reactores, pero alcanzó otros equipos industriales en lo que las autoridades ucranianas denunciaron este lunes como un acto de “terrorismo nuclear”.
El ataque siguió a las advertencias del presidente ruso, Vladimir Putin, de posibles ataques intensificados contra la infraestructura ucraniana después de que sus fuerzas sufrieran humillantes reveses en el campo de batalla. También renovó los temores de un posible desastre radiactivo en la guerra de casi siete meses.
“El misil golpeó a 300 metros de los reactores en la planta de Pivdennoukrainsk, también conocida como la Planta de Energía Nuclear del Sur de Ucrania, y abrió un cráter de dos metros de profundidad y ciatro metros de ancho”, según al operador nuclear ucraniano Energoatom.
Tras el anuncio del ataque a la central de Pivdennoukrainsk, en la región de Mikolaiv, el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, afirmó que Rusia “pone en peligro al mundo entero”.
“Debemos detenerla antes de que sea demasiado tarde”, dijo en Telegram, mostrando un video de las cámaras de vigilancia en el que se veía, en blanco y negro, una gran explosión.
Estas imágenes publicadas por el Ministerio de Defensa de Ucrania muestran dos grandes bolas de fuego que estallaron una tras otra en la oscuridad, seguidas de una lluvia incandescente de chispas. Tanto el Ministerio como Energoatom calificaron el ataque de “terrorismo nuclear”. El Ministerio de Defensa ruso no hizo comentarios de inmediato.
El complejo industrial que incluye la planta nuclear de Pivdennoukrainsk se encuentra a lo largo del río Bug del Sur, a unos 300 kilómetros al sur de la capital, Kyiv. El ataque provocó el cierre temporal de una planta hidroeléctrica cercana y destrozó más de 100 ventanas en el complejo, dijo Energoatom.
La oficina presidencial de Ucrania dijo que el ataque también cortó tres líneas de transmisión de energía.
La planta nuclear es la segunda más grande de Ucrania después de la planta de energía nuclear de Zaporiyia, que es la más grande de Europa y ha sido criticada repetidamente. Las dos plantas tienen reactores del mismo diseño.
Situación en la planta de Zaporiyia
Las fuerzas rusas han ocupado la planta de Zaporiyia desde los primeros días de la invasión. Los bombardeos cortaron sus líneas de transmisión, lo que obligó a los operadores a cerrar sus seis reactores para evitar un desastre por radiación. Rusia y Ucrania han intercambiado culpas por los ataques.
La Agencia Internacional de Energía Atómica dijo que una línea de transmisión principal fue reconectada el viernes, proporcionando la electricidad que la planta de Zaporiyia necesita para enfriar sus reactores. El OIEA tiene monitores en la planta.
Pero el alcalde de Enerhodar, la ciudad que alberga la planta de Zaporiyia, informó este lunes de más bombardeos rusos en la zona industrial de la ciudad.
Las autoridades ucranianas creen que Moscú se propone desviar la energía de la central, la mayor de Europa, hacia la península de Crimea, por lo que Estados Unidos condenó el jueves cualquier tentativa de ese tipo.
Las próximas etapas
El Consejo de Gobernadores del Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA), que cuenta con observadores en el lugar desde principios de septiembre, instó a Rusia a retirarse de estas instalaciones.
A principios de la invasión, las fuerzas de Moscú también ocuparon la central de Chernóbil, donde en 1986 se produjo un desastre nuclear que dejó centenares de muertos y provocó una ola de contaminación radiactiva en Europa.
En Pivdennoukrainsk, la central funcionaba normalmente este lunes, pese a la explosión que reventó los vidrios de unas 100 ventanas y obligó brevemente a desconectar las tres líneas de alta tensión.
Este bombardeo tiene lugar en momentos en que las fuerzas rusas sufren varios reveses y se han retirado de una gran parte del noreste del país tras la contraofensiva ucraniana en la región de Járkov. Las tropas de Kiev también han ganado terreno en el sur, pero más lentamente.
Sin embargo, desde hace varios días, los avances ucranianos han perdido fuerza. Zelenski insistió el domingo por la noche que no se trataba de una pausa, sino de preparar las próximas etapas.
Rusia controla gran parte de la cuenca del Donbás y de las regiones de Jersón y Zaporiyia, tras haber anexado en 2014 la Península de Crimea.
Además de la infraestructura, las fuerzas rusas también están atacando otros sitios. El último bombardeo mató al menos a ocho civiles e hirió a otros 22, dijo este lunes la oficina presidencial de Ucrania.