Este martes Ucrania aumentó su presión sobre la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) para obtener más armas y garantías de seguridad, incluyendo la posibilidad de sumarse a la alianza militar, un escenario que Rusia consideró “inaceptable”.
El ministerio ucraniano de Exteriores afirmó que la “única real” garantía de seguridad para ese país es la adhesión a la OTAN, en una declaración que generó una respuesta rusa inmediata.
En Moscú, el portavoz del gobierno ruso, Dmitri Peskov, dijo que la eventual adhesión de Ucrania a la OTAN es “inaceptable” para Rusia porque representaría “un evento amenazante para nosotros”.
La prisa ucraniana se debe al retorno de Donald Trump a la presidencia estadounidense en menos de dos meses, y la búsqueda desesperada de obtener una posición de fuerza antes de cualquier posible negociación con Rusia para poner fin al conflicto armado.
En Bruselas, los ministros de Relaciones Exteriores de los países de la OTAN iniciaron una reunión de dos días, y en un contacto con la prensa el secretario general de la alianza, Mark Rutte, optó por la cautela.
📆 Day 1 of #ForMin:
— NATO (@NATO) December 3, 2024
NATO Foreign Ministers met in the NATO-Ukraine Council with 🇺🇦 Minister @andrii_sybiha and new 🇪🇺 EU High Representative @kajakallas.
Ministers also welcomed His Majesty @KingAbdullahII of Jordan 🇯🇴 for a discussion on NATO’s southern neighbourhood
OTAN adopta cautela
Rutte se limitó a reiterar el apoyo de la alianza militar a Ucrania, pero sin mencionar una invitación a sumarse. El proceso de aproximación de Ucrania a la OTAN, dijo Rutte, es “irreversible”, pero no mencionó un calendario específico.
El ministro ucraniano de Exteriores, Andrii Sibiga, participa de las reuniones en la sede de la alianza militar y en una “cena de trabajo” con la OTAN.
Hasta ahora la Alianza ha preferido la cautela y ha evitado ofrecer a Ucrania un calendario definido de adhesión.
Para Rutte, lo más importante ahora es “garantizar que Ucrania tenga lo que necesita para alcanzar una posición de fuerza cuando comiencen esas conversaciones de paz”.
El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, ha puesto en duda la continuidad de la ayuda estadounidense a Ucrania y es favorable a un rápido acuerdo entre ucranianos y rusos.
Al llegar a la sede de la OTAN, Sibiga pidió a los países de la alianza el “urgente abastecimiento de al menos 20 sistemas adicionales, tipo Hawk, NASAMS o IRIS-T“, equipos de misiles de medio alcance.
Zelenski mantuvo el domingo una reunión con la nueva jefa de la diplomacia de la Unión Europea, la estonia Kaja Kallas, quien dijo a periodistas que “la garantía de seguridad más fuerte (que se puede ofrecer a Ucrania) es la membresía a la OTAN”.
Sin embargo, los países más influyentes de la OTAN descartan una adhesión inmediata de Ucrania por el temor de que todo el bloque se vea arrastrado a una guerra total con Rusia.
La sombra de Trump
Fuentes diplomáticas de la OTAN apuntan que la Alianza Atlántica tiene ahora muy poco margen de maniobra porque los gobiernos de Joe Biden, en Estados Unidos, y de Olaf Scholz, en Alemania, están a punto de terminar.
“Estamos discutiendo muy intensamente. Precisamos de garantías de seguridad que realmente funcionen”, dijo la jefa de la diplomacia alemana, Annalena Baerbock.
Por su parte, el primer ministro de Luxemburgo, Xavier Bettel, dijo que una adhesión de Ucrania a la OTAN “traería tensión y entonces existirá la posibilidad de más conflictos en el día de mañana“.
Fuentes señalan también que invitar a Ucrania sería una afrenta a Trump.
“Un gesto así, un mes antes de la llegada de la nueva administración, enfurecerá a Trump, quien actuaría en contra en forma inmediata”, dijo un diplomático de la OTAN.
Trump ha reiterado su convicción de que puede poner fin a la guerra en cuestión de horas pero no ha ofrecido detalles de como espera lograrlo.
Por su parte, el presidente de Rusia, Vladimir Putin, ha criticado que Ucrania esté bajo un paraguas protector de la OTAN.
Mientras Ucrania presiona por la vía diplomática, en el terreno de combate sus fuerzas están cediendo terreno en el frente oriental, ante la demoledora ofensiva de Rusia.
En una reunión en Bruselas la semana pasada, Ucrania pidió a sus aliados que le proporcionen sistemas de defensa aérea capaces de derribar el nuevo misil balístico hipersónico experimental ruso Oreshnik.