Internacional

Ucrania enfrenta desabasto de alimentos tras cuatro meses de guerra

Las Naciones Unidas documentan que un tercio de la población de Ucrania dejó atrás sus hogares desde el 24 de febrero

Por momentos, los ucranianos parecen olvidar la invasión rusa: los gritos, llantos, los estruendos de las bombas al impactar en casas, escuelas, teatros, calles y la muerte de amigos, vecinos o familiares.

¿Es cuestionable sonreír a la desgracia?

Disfrutar de una simple caminata bajo los rayos de sol se presenta como un lujo, cuando hace apenas 120 días el caos reinaba en las calles de Kiev, la capital, tras los primeros bombardeos rusos.

La ciudad muestra un resurgimiento, habitantes y autoridades intentan seguir adelante, aunque la incertidumbre siga haciendo eco en los silencios, y las imágenes que llegan del otro lado del país recuerdan que la batalla continúa.

En Kramatorsk, región oriental del Donbás buscan recuperar algo de vida cotidiana, a pesar de que las tropas rusas avanzan muy cerca y el miedo, como las carencias, son palpables.

“Por supuesto, es aterrador estar tan cerca de la línea del frente, pero estamos tratando de aguantar”, dijo la vendedora de carne, Sofiya.

Las Naciones Unidas documentan que un tercio de la población de Ucrania dejó atrás sus hogares desde el 24 de febrero, convirtiéndose en el mayor éxodo que ha vivido Europa desde la Segunda Guerra Mundial.

Más de siete millones han buscado una nueva vida dentro de Ucrania.

Otros 7 millones cruzaron las fronteras en búsqueda de refugio en los países vecinos. Polonia fue el que más ucranianos arropó.

Se estima que 2.5 millones han regresado, porque, dicen, sobrevivir lejos del hogar requiere mucho dinero.

Ciudades ucranianas clave, al este y sur, enfrentan ahora los combates más difíciles.

“Es el mal, el mal que solo se puede calmar en el campo de batalla”, señaló el presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski.

Odesa, Mikolaiv, Severodonetsk, Lugansk, Kramatorsk, Bajmut, son algunos de los escenarios más devastados en las últimas semanas.

“Somos de Bajmut. Decidimos irnos. Es muy difícil. Ni luz, ni agua, ni gas, nada. ¿Cómo vamos a vivir? Hay bombardeos. Se ha vuelto muy aterrador”, comentó Lilya, habitante de Bajmut.

Es complicado salir cuando los bombardeos son intensos y continuos. Pero con fortuna algunos consiguen evadir la desventura.

Más de 2 mil 600 misiles rusos fueron disparados contra territorio ucraniano, según informes del gobierno, sin hacer distingo entre objetivos militares o civiles.

Dicen que una desgracia viene acompañada de otra. y así parece cuando el mundo comienza a sentir los efectos del bloqueo de cereales en los puertos ucranianos del mar negro.

Y es que los granos se acumulan en los silos, los agricultores no pueden vender ni pueden sembrar.

“No tenemos suficiente para sembrar, así que el próximo año podría ser peor que éste”, puntualizó Dmitry Skomiakov, ejecutivo de Hary East.

La milicia ucraniana resiste, mientras el conteo de muertos, heridos y crímenes aumenta.

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