Internacional

Ucrania repele ataque ruso con drones y sufre cortes de electricidad

El ataque se produjo horas después de una oleada de bombardeos masivos rusos contra las infraestructuras energéticas ucranianas, que dejaron tres muertos y provocaron cortes de electricidad.

Ucrania afirmó este viernes haber repelido un ataque nocturno ruso con drones iraníes, al día siguiente de una oleada de bombardeos contra las infraestructuras energéticas del país que dejó a millones de ucranianos sin luz en pleno invierno.

“En la noche del 29 al 30 de diciembre, el enemigo atacó a Ucrania con drones suicidas de fabricación iraní”, afirmó el ejército del aire ucraniano en un comunicado difundido en redes sociales.

En total, 16 drones fueron lanzados desde el sureste y el norte y “todos” fueron destruidos por la defensa aérea ucraniana, según la nota.

El ataque se produjo horas después de una oleada de bombardeos masivos rusos contra las infraestructuras energéticas ucranianas, que dejaron tres muertos y provocaron cortes de electricidad.

Tras una serie de reveses militares en los últimos meses, el Kremlin cambió de táctica y desde octubre toma como blanco los transformadores y las centrales eléctricas de Ucrania.

En Kiev, la capital de Ucrania, las autoridades activaron una alerta aérea a las 02:12 horas locales, que duró más de dos horas.

El alcalde, Vitali Klitschko, dijo que Kiev había sido atacada por siete drones y que dos de ellos fueron abatidos cuando se acercaban a la ciudad y cinco otros encima de la urbe.

No hubo víctimas, aunque algunos escombros dañaron las ventanas de dos edificios en un barrio del suroeste de Kiev, añadió.

Según la presidencia ucraniana, otros drones fueron derribados en las regiones de Tcherkassy, al sur de la capital, y de Dnipró, en el centro del país.

FOTO: AFP

En un mensaje publicado en las redes sociales, el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, dijo que la guerra era “dura”, pero que estaba “convencido” de que “la agresión rusa” fracasaría.

“No son fáciles de derrotar”

Los ataques de la jornada del jueves causaron cuatro muertos y ocho heridos, según el último balance comunicado el viernes por la presidencia ucraniana.

La presidencia añadió que 58 de los 70 misiles de crucero lanzados por Rusia fueron derribados.

El Ministerio de Defensa ruso afirmó el viernes que sus “bombardeos masivos” el jueves habían “alcanzado todos los objetivos previstos”.

Ucrania seguía sufriendo cortes de electricidad el viernes y millones de personas que no cuentan con generadores se preparaban para celebrar el Año Nuevo sin luz y algunos sin agua ni calefacción.

Según la compañía eléctrica Ukrenergo, las “consecuencias de los daños en el funcionamiento de la red son menores de lo que esperaba el enemigo (…) pero la situación en el sur y el este del país sigue siendo difícil”.

En el terreno, los combates siguen tras diez meses de un conflicto que inició con la invasión rusa de Ucrania el 24 de febrero.

La batalla es particularmente cruenta en Bajmut, una ciudad del este de Ucrania que Moscú trata de conquistar desde hace meses. También en Kreminna, unos 75 km al noreste, que las fuerzas ucranianas tratan de recuperar.

“No son fáciles de derrotar. Son buenos, son duros”, aseguró “Kulak”, un soldado de 24 años, a la AFP, mientras se encontraba en Yampil, un pueblo reconquistado por Kiev a finales de septiembre y a unos 30 kilómetros al oeste de Kreminna.

En la región vecina de Járkov, al menos dos personas murieron el viernes por disparos rusos, según la presidencia ucraniana.

Rusia, que pensaba tomar Kiev en los primeros meses de la invasión, se vio obligada a retroceder y tuvo que retirarse del norte, noreste y una parte del sur en noviembre, ante un ejército ucraniano que cuenta con el apoyo de aliados occidentales.

El Kremlin informó el viernes que ni Estados Unidos, ni Alemania, ni Francia recibirían este año las felicitaciones de Año Nuevo del líder ruso Vladimir Putin, debido a las sanciones impuestas contra Moscú.

Las perspectivas de paz son, por ahora, casi inexistentes.

Ucrania exige la retirada total del ejército ruso, mientras que Moscú quiere que Kiev le entregue al menos las cuatro regiones que el Kremlin reclama como suyas desde finales de septiembre, así como la península de Crimea, anexionada en 2014.

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