El paso cansino lo dice todo. En Bucha, ciudad aniquilada por los rusos, cerca de Kiev, una pareja sale a buscar agua y alimentos.
Permanecieron más de un mes en lo más profundo de su casa, el temor a morir les mantuvo el aliento.
“No salí de la casa en absoluto. para nada. escuché algo, como explosiones. mi vecino salió al cruce y ¡bum! eso fue todo para él’’, aseguró Vladym Zaborylo, residente en Bucha, Ucrania.
Sobrevivientes de la invasión que ha trastornado la vida de millones de ucranianos.
Los columpios en los parques vuelven a ser utilizados. Y en la otra cara, los restos humanos siguen brotando de las fosas comunes.
La entrada triunfal de tropas ucranianas a bordo de tanques a Chernigov, otra de las ciudades recuperadas, por un momento recuerda el ingreso liberador de los aliados, en 1945.
“¡Muchísimas gracias! Estábamos ansiosos por este momento’’, dijo otro residente de Chernigov.
Sólo es un pasmo, porque en Ucrania la pesadilla continúa.
El ayuntamiento de Kiev, donde los muertos civiles se cuentan por decenas y los heridos por centenas, advierte que no ha pasado el peligro.
Recomienda prudencia a quienes salen de sus refugios.
Imágenes de la destrucción masiva en Borodyanka, otra urbe liberada cerca de la capital, muestra el severo costo de la invasión.
Mariúpol cuece aparte su dolor, acusa a Rusia de haber utilizado crematorios móviles para tratar de borrar las pruebas de sus crímenes de guerra.
“Los aviones que bombardearon el teatro sabían que habían niños, no militares’’, aseguró otra residente de Mariúpol.
Un video difundido en redes sociales y verificado, muestra a militares ucranianos disparando a soldados rusos heridos, cerca de la ciudad de Bucha, evidencia de otro contagio, el odio.