Internacional

Van der Bellen sería reelegido como presidente de Austria, según sondeos

Con una campaña basada en el lema "Claridad", Van der Bellen era el favorito para ganar y asegurarse un segundo mandato.

Los austríacos reeligieron este domingo al ecologista Alexander Van der Bellen para el cargo de presidente, según los sondeos en las urnas, en una apuesta por la estabilidad en un contexto de crisis energética y fuerte inflación en el país.

De 78 años y apoyado por un amplio espectro político, Van der Bellen ganaría desde la primera vuelta con 56.1% de los votos, lejos delante de los otros seis candidatos, según las últimas proyecciones. El resultado oficial se conocerá el lunes.

“Ahora es el momento de mirar hacia adelante y seguir con las difíciles tareas”, comentó Van der Bellen en un mensaje de video publicado en Facebook.

Con una campaña basada en el lema “Claridad”, Van der Bellen era el favorito para ganar y asegurarse un segundo mandato. Sus seis contrincantes siempre estuvieron rezagados en las encuestas.

6.4 millones de personas fueron llamadas a las urnas, dentro de una población total de 9 millones.

En su campaña, el presidente saliente se presentó como “la opción segura en tiempos tormentosos”, ante los efectos de la invasión rusa de Ucrania, que ha impulsado la inflación en toda Europa.

Entre sus rivales estaban Walter Rosenkranz, del Partido de la Libertad (FPÖ), de extrema derecha, y el rockero Dominik Wlazny, fundador del Partido de la Cerveza.

El analista Thomas Hofer consideró “crucial” que Van der Bellen evitara el balotaje como en 2016, cuando tuvo que encarar una campaña “muy divisiva y hostil”.

“Van der Bellen representa la integridad y la estabilidad, lo que es muy apreciado por los votantes dada la multitud de crisis que enfrentan muchos países europeos“, comentó Julia Partheymüller, analista de la Universidad de Viena.

Extrema derecha debilitada

“Estoy a favor de la estabilidad. El presidente saliente de un hombre muy inteligente”, dijo Monika Gregor, una jubilada de 73 años,

Pero otros prefirieron dar su voto a los candidatos de la sociedad civil.

Alexander Nittmann, informático de 35 años, escogió al cantante punk Dominik Wlazny, que tiene la misma edad que él, fundador del Partido de la Cerveza.

“Pienso que un poco de aire fresco en política no viene mal”, explicó, y juzgó su campaña como seria más allá del buen humor.

El partido de extrema derecha FPÖ, que casi gana contra Alexander Van der Bellen en 2016, está esta vez lejos detrás de él.

Su poco conocido candidato, Walter Rosenkranz, de 60 años, obtuvo 17.9% de los votos este domingo, según las proyecciones, a diferencia de lo ocurrido en las recientes elecciones en Suecia y en Italia.

Los casos de corrupción hicieron perder terreno a la extrema derecha austriaca. Hace seis años, fue la primera en Europa en acariciar la victoria en una elección presidencial.

Fundado por ex nazis, el FPÖ se inclinó finalmente con más de 46% de los votos, epílogo de unos comicios que preocupaban a la Unión Europea (UE) y los socios occidentales de Austria.

El partido accedió al Gobierno en el marco de una coalición con los conservadores del joven Sebastian Kurz, pero tuvo que dejar el poder en 2019 tras un rocambolesco escándalo y no volvió a recuperar su pasada gloria.

Hijo de refugiados

Alexander Van der Bellen garantizó la continuidad del Estado, tras la agitación y los sucesivos cambios de cancilleres.

Pudo así presentarse como “el único que puede evitar el caos”, según el politólogo Thomas Hofer.

Además, realizó una campaña sobria, abogando por la “claridad” y la “capacidad” de Gobierno con miras a “atravesar las turbulencias de la manera más serena posible”. Su perfil atípico no le auguraba para nada un destino político.

Austero, agnóstico y casado dos veces en tierra católica, el exjefe de los Verdes y decano de la facultad de Economía de Viena pudo hacer olvidar su fuerte talante de izquierda para congregar y unir.

Este ecologista es hijo de refugiados. Su padre, un aristócrata y su madre estonia llegaron a Viena durante la Segunda Guerra Mundial antes de trasladarse al Tirol, huyendo de la llegada del Ejército Rojo.

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