El estado de Virginia, en Estados Unidos, aprobó los permisos de conducir para indocumentados, un alivio y un cambio de vida para muchos migrantes que se arriesgan todos los días para ir a trabajar y viven con el temor a ser deportados si son detenidos en un control.
Lázaro Interiano, un inmigrante salvadoreño de 52 años lleva 17 años en Estados Unidos y trabaja en la construcción.
Para ir a trabajar tiene que conducir todos los días y por eso vive con temor.
Acá los buses son bastantes escasos y tenemos que manejar de una manera u otra”, mencionó Lázaro Interiano.
Como él, unos 300 mil migrantes irregulares pueden beneficiarse de este permiso especial en Virginia, una iniciativa que ya existe en 15 estados de la Unión Americana, más el distrito de Columbia.
La vida es increíblemente difícil aquí en Estados Unidos sin un vehículo”, comentó Luis Aguilar, el director para Virginia de Casa, organización que ayuda a los indocumentados.
Al ver que en otros estados que han aprobado este beneficio los migrantes han registrado tasas de fracaso del 90% en las pruebas para obtener la licencia, Virginia de Casa decidió ayudar a los indocumentados con el papeleo, pero también ofreciendo clases que debido a la pandemia se realizan de forma virtual.
Una de las grandes dificultades es la barrera del idioma, pero también hay obstáculos por las diferencias culturales y educativas.
Muchos de los migrantes son analfabetos y sólo se guían por los símbolos.
Muchos de alumnos que toman la clase son mujeres, por la forma en la que están estructuradas las familias, ya que a menudo los hombres trabajan en la construcción y se las arreglan para tener una licencia de otro estado.
El estado de Virginia, que colinda con la ciudad de Washington, atrajo a un gran flujo de migrantes, sobre todo latinoamericanos en la década de 1980 y 1990.
Cerca de la capital estadounidense hay medios de transportes, pero el precio de la vivienda es más alto.
Por eso, muchos inmigrantes se alejan del centro urbano y de los transportes para vivir, pero deben trasladarse todos los días a trabajar.
Entonces, conducir se convierte en algo imprescindible y muchos se arriesgan en el proceso.