Victoria asegura que su familia está destinada a migrar. es como un karma, insiste.
Ella escapó de la guerra; su abuela de un desastre nuclear. ambas huyeron a pie de Ucrania.
“También cuando salimos todos, mujeres con los niños, salimos ahora en un autobús, cuando está la guarda… Yo digo a mi madre que nuestra abuela también ha pasado eso, salía también con mujeres cuando estaba pese desastre de Chernóbil”, dijo Victoria Polwnko, migrante ucraniana.
Justo la tragedia que enfrentó su abuela hace casi cuatro décadas, fue el pase de salida de territorio ucraniano para victoria y su hija de 2 años.
Cuando era niña, victoria entró a un programa de acogida temporal para hijos y nietos de Chernóbil.
Hoy la misma organización que enviaba a esos niños a España, los está expatriando hoy que son adultos, con todo e hijos, para escapar de la guerra.
“Llevamos aquí 16 días y hemos trasladado a España a 490 personas. Entre hoy y mañana trasladamos a 120 más”, señaló Clara Arnal, presidenta de la Fundación Juntos por la Vida
Los refugiados son acogidos por familias seleccionadas por la organización.
“La selección o la adjudicación de familia con familia no es inmediata tampoco. Muchas veces lo que estamos haciendo es buscar un recurso residencial intermedio. Luego ya va la familia de acogida se conocen y ya empiezan esta convivencia y como todo puede funcionar o no funcionar y en ese caso tenemos un recurso para remplazar esa familia de acogida”, agregó.
Voluntarios y autoridades buscan que los desplazados sean acogidos en otros países para despresurizar los pasos fronterizos y los albergues.
Alemania asegura haber acogido a 110 mil personas. Italia ha contabilizado hasta ahora a 31 mil personas; Francia estima haber recibido 10 mil; y España rebasará 100 mil este fin de semana.
Los ciudadanos son quienes se movilizan para otorgarles una vivienda a estas familias, conformadas en su mayoría por mujeres y niños.
Cómo este convoy de taxis que salió el vienes de Madrid a Polonia y, en su regreso a la capital española, llevó a 135 refugiados.
“Cuando estábamos esperándoles en el centro de refugiados pasó un avión comercial y los niños atemorizados mirando al cielo, un niño se tiró al suelo, boca abajo, con las manos en la cabeza”, Javier Hernández, taxista español.
Los taxistas también apoyaron en 2004, tras los atentados de Madrid llevando heridos al hospital, ahora recorrieron 6 mil km hasta Varsovia para traer a los expatriados.
“Orgulloso de poder coger el máximo número de personas para llevar a España”, José Miguel Funez, taxista, organizador de viaje humanitario
Pero, aunque ellas y ellos tengan la oportunidad de un nuevo comienzo, el corazón está en su patria.
“Que espero que todo acabe muy pronto, y nosotros vamos a salir a nuestra casa. A ver, somos una familia yo, mi hija y mi marido y ahora que no está aquí, me parezco que un lado del corazón no tengo”, concluyó Victoria.