Internacional

Votan en Bulgaria para elegir nuevo Parlamento por segunda vez en tres meses

Los búlgaros, que votaron este domingo por segunda vez en tres meses en elecciones legislativas, colocaron a un nuevo partido antisistema, encabezado por un cantante y animador de televisión, en un reñido empate con los conservadores del exprimer ministro Boiko Borisov, debilitados por acusaciones de corrupción. 

 

Según diferentes encuestas a la salida de urnas, ambos tendrían entre 21% y 23% de los votos, en el marco de una fuerte abstención.

 

Los comicios se dieron con la esperanza de que los resultados permitieran formar una coalición estable después de una década en el poder del conservador Borisov, de 62 años.

 

Fue un retroceso para el partido Gerb de Borisov, que obtuvo en los anteriores comicios el 26% de los votos, mientras que la formación de Slavi Trifonov (54 años), “Hay un y tal pueblo” (ITP), registró un avance en comparación con los 17.6% logrados antes.

 

La gran incógnita es si los partidos lograrán esta vez entenderse para formar una coalición.

 

Según expertos, Borisov “no gobernará pues está aislado”, incluso aunque el partido Gerb termine finalmente por ser el primero.

 

La anterior elección significó el fin de una era iniciada en 2009.

 

Desde entonces el mandatario de 62 años perdió terreno ante la avalancha casi diaria de revelaciones sobre la corrupción que carcome al país más pobre de la Unión Europea.

 

También le afecta la imposición de sanciones estadounidenses a oligarcas, a quienes sus detractores le acusan de haber encubierto.

 

‘Con la soga al cuello’

Aunque Gerb quede en primer lugar, “no gobernará”, subraya el politólogo Strahil Deliyski, porque los demás partidos lo rechazan.

 

Lo que está en juego, por lo tanto, es saber si las elecciones conducirán a un gobierno” que prosiga “la tarea iniciada por el equipo interino” para “cambiar” las prácticas, señala Antony Todorov, profesor de la Nueva Universidad búlgara.

 

La formación populista de Trifonov (ITP) rechaza colaborar con los partidos tradicionales salpicados por corrupción, como los socialistas o el partido de la minoría turca.

 

Por el contrario, acepta negociar con las formaciones que apoyaron las manifestaciones del año anterior como Bulgaria Democrática (derecha) que obtuvo 13% según las primeras estimaciones y “¡De pie! Mafia fuera” (izquierdas), que habría obtenido alrededor del 5%.

 

Sin embargo, las tres fuerzas juntas solo obtendrían entre 100 y 110 escaños de los 240 en el Parlamento, según los institutos de análisis, lo que augura un panorama fragmentado.

 

Para conseguir un gobierno estable (…) no podemos descartar la posibilidad de unas terceras o incluso unas cuartas elecciones”, dijo el número dos de Trifonov, Tochko Yordanov, que quiere evitar “un gabinete con la soga al cuello que se expondría en todo momento a ser derrocado por el Parlamento”.

 

 Votantes sobornados

El Estado no se derrumbaría, es el proceso democrático”, relativiza Yordanov al final de la campaña muy discreta de su líder, que a priori no aspira al cargo de primer ministro.

 

Todorov discrepa: “Los votantes se cansarán de votar, su apoyo a la democracia se erosionará”, estima, advirtiendo que se corre el riesgo de que surjan fuerzas extremistas.

 

El fundador de Bulgaria Democrática, Hristo Ivanov, el tercer hombre en estos comicios, destaca asimismo el peligro de una “espiral de elecciones”.

 

Para estas nuevas elecciones se han instalaron máquinas de votación en la mayoría de los colegios electorales con el fin de limitar el fraude.

 

El gabinete interino también atacó una vieja práctica, la compra de votos por parte de los partidos políticos, que afecta a entre el 5% y el 19% de los sufragios, según la oenegé Anticorruption Fund.

 

Más de 900 personas han sido detenidas durante las últimas semanas por presuntamente haber intentado sobornar a los votantes, sobre todo en las zonas pobres, anunció el viernes el ministro del Interior, Boiko Rachkov.

 

Les proponían a cambio del voto “leña, paquetes de harina y lentejas, o incluso dinero, entre 20 y 50 levas (10 a 25 euros, de 11 a 29 dólares)”.

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