El presidente chino, Xi Jinping, se aseguró este domingo un tercer período en el poder y promovió a algunos de sus aliados más cercanos en el Partido Comunista de China (PCC), lo que afianza su posición como el líder más influyente del país desde el fundador Mao Zedong.
Xi fue elegido nuevamente como secretario general del gobernante Partido Comunista, informó la agencia estatal Xinhua, inclinando al país de vuelta a un gobierno unipersonal después de décadas de poder compartido entre la élite.
“Quiero agradecer sinceramente a todo el partido por la confianza que ha depositado en nosotros”, dijo a periodistas en el Gran Salón del Pueblo de Pekín tras el anuncio de la votación a puerta cerrada.
Asimismo, prometió trabajar con diligencia en el cumplimiento de los deberes y probar la valía de la gran confianza en el partido y el pueblo.
Jefe de la Comisión Central Militar de China
Xi también fue designado nuevamente como jefe de la Comisión Central Militar de China.
Con los nombramientos, el líder de 69 años tiene prácticamente asegurada su designación como presidente de China por un tercer período, que se anunciará formalmente durante las sesiones legislativas anuales de marzo.
Su designación puso fin al Congreso del Partido Comunista, celebrado en Pekín a lo largo de la última semana, que también aprobó un profundo reacomodo en el poder con la renuncia de varios antiguos rivales de Xi.
PCC eligió a nuevo Comité Central
Además, el XX Congreso del PCC eligió a un nuevo Comité Central de unos 200 miembros, quienes eligieron a Xi y los restantes miembros del Comité Permanente, la cúspide del poder político chino.
Algunos aliados cercanos de Xi fueron anunciados en el Comité Permanente de siete miembros.
El exlíder partidario de Shanghái, Li Qing, un confidente de Xi, ascendió al puesto número dos, con lo cual podría ser nombrado primer ministro en las sesiones legislativas de marzo.
“Xi ha instalado a sus aliados en los siete escaños del máximo órgano de decisión del Partido Comunista, lo que le permitirá dominar el sistema político en el futuro previsible”, aseguró Neil Thomas, experto en China del Eurasia Group.
El Comité Central también eligió a los integrantes del buró político, que esta vez contará con 24 miembros, según la lista divulgado este domingo. Por primera vez en 25 años, no habrá mujer.
Desde su ascenso al poder hace una década, Xi ha acumulado poder como ningún otro gobernante chino con excepción de Mao.
En 2018, eliminó el límite de dos períodos presidenciales, lo que le abrió el camino para gobernar indefinidamente.
También encabezó el ascenso de China como la segunda mayor economía mundial, impulsó una gran expansión militar y una postura internacional agresiva que generó fuerte oposición de Estados Unidos.
“Después de más de 40 años de esfuerzos incansables de reforma y apertura, hemos creado dos milagros: rápido desarrollo económico y estabilidad social de largo plazo. China no puede desarrollarse sin el mundo y el mundo también necesita a China”, afirmó Xi.
Además, Xi enfrenta grandes desafíos en el próximo quinquenio, incluyendo el manejo de la endeudada economía y la creciente rivalidad con Estados Unidos.
Tras su reelección, el presidente ruso, Vladimir Putin, expresó sus “más cálidas felicitaciones” y dijo que estaba “encantado” de continuar con el “diálogo constructivo” y el “estrecho trabajo común”.
Por su parte, el líder norcoreano, Kim Jong-un, dijo que espera un “buen futuro” en las relaciones bilaterales.
¿Quién es el presidente chino Xi Jinping?
Cuando Xi Jinping llegó al poder en 2012, algunos predijeron que sería el líder más liberal del Partido Comunista de China por su perfil discreto y su historial familiar. Diez años después, la realidad es bien distinta.
Tras haberse asegurado este domingo un tercer mandato al frente del partido y por tanto del país, y de erigirse en el dirigente más poderoso desde Mao Zedong, Xi demostró una ambición implacable, una intolerancia a la disidencia y un deseo de control que ha llegado hasta casi el último aspecto de la vida cotidiana de China.
Conocido al comienzo como el marido de una popular cantante, se ha erigido en un líder con un aparente carisma y un habilidoso relato político que han creado un culto personal no visto desde los tiempos de Mao, pero poco se conoce sobre su persona o sus impulsos.
Yo discuto la visión convencional de que Xi Jinping busca el poder por el poder. Yo diría que anhela el poder como un instrumento para cumplir su visión”, dice Alfred L. Chan, autor de un libro sobre su vida.
Gobernanza basada en la ley
Aunque su familia integraba la élite del partido, Xi no parecía destinado a esta posición. Su estricto padre Xi Zhongxun, un héroe revolucionario llegado a viceprimer ministro, fue purgado durante la Revolución Cultural de Mao.
De un día para otro, el ahora presidente perdió su estatus. Una de sus medio hermanas se suicidó por las persecuciones.
Xi quedó condenado al ostracismo por sus compañeros de clase, una experiencia que, según el politólogo David Shambaugh, contribuyó a “un desapego emocional y psicológico y a su autonomía desde muy temprana edad”.
Con 15 años fue enviado al centro de China, donde pasó años cargando cereales y durmiendo en cuevas.
También participó en sesiones en las que debía denunciar a su propio padre, según explicó en 1992 al diario The Washington Post.
Para el biógrafo Chan, estas experiencias le confirieron “dureza“.
“Suele ir por todas, pero también tiene una noción de la arbitrariedad del poder, por eso enfatiza la gobernanza basada en la ley”, mencionó.
PCC rechazo varias veces a Xi
Actualmente, la cueva donde durmió Xi se ha convertido en una atracción turística para mostrar su preocupación por los más pobres.
Pero el camino no fue de rosas para Xi. Antes de entrar al PCC, su solicitud fue rechazada varias veces por su legado familiar.
Y luego empezó a un “nivel muy bajo” como jefe del partido en un pueblo en 1974, apunta Geiges. Eso sí, “trabajó muy sistemáticamente” y llegó a gobernador regional de Fujian en 1999, líder provincial del partido en Zhejiang en 2002 y luego en Shanghái en 2007.
Entretanto, su padre fue rehabilitado en los años 1970 tras la muerte de Mao, lo que reforzó su posición.
En el plano personal, Xi se divorció de su primera mujer para casarse en 1987 con la popular soprano Peng Liyuan, entonces más conocida que él.
En 2007, fue nombrado en el comité permanente del Buró Político, el máximo órgano de decisión de China y cinco años más tarde llegó a la cumbre, reemplazando a Hu Jintao.
Su currículum no hacía presagiar lo que vino después: represión de movimientos civiles, medios independientes y libertades académicas, presuntos abusos de derechos humanos en la región de Xinjiang, o una política exterior mucho más agresiva que la de su predecesor.
Sin acceso a Xi ni a su círculo, los académicos buscan en sus escritos tempranos pistas sobre sus motivaciones.
Esta narrativa presidencial de una China en auge ha causado gran efecto en la población, usando este nacionalismo a su favor para legitimar el partido entre la población, pero también es evidente el temor a perder el poder.