Este año es de elecciones en Guatemala. El actual presidente, Alejandro Giammattei, representante del partido de centro-derecha Vamos, deberá dejar su mandato en medio de una serie de críticas dado que se asegura que el próximo presidente o presidenta deberá dar continuidad al proyecto autoritario de Giammattei.
En estas elecciones participan 23 duplas, aunque son tres los candidatos que dominan las encuestas: Sandra Torres, ex primera dama de Guatemala; Edmond Mulet, exfuncionario de la ONU, y Zury Ríos, hija del dictador Ríos Mont. Todos representantes de la derecha.
La izquierda fue eliminada de la contienda electoral en medio de tensiones y de acusaciones hacia el Tribunal Electoral Superior (TSE), debido a que en febrero, el TSE ratificó su rechazo a un recurso legal que interpuso la líder indígena Thelma Cabrera para revertir que su candidatura presidencial, en dupla con Jordan Rodas, exprocurador de derechos humanos, fueron rechazados.
Ambos se lanzaron por el partido de izquierda Movimiento por la Liberación de los Pueblos (MLP).
La autoridad electoral alegó que su fallo se debió a que Jordan Rodas tenía denuncias pendientes en su contra, pese a que según el exprocurador dijo que estaban las pruebas para participar.
La izquierda no ha gobernado en Guatemala
En Guatemala, desde hace casi 60 años, ha gobernado la derecha que se ha impuesto, en su mayoría, bajo golpes de estado auspiciados por Estados Unidos, y ha prevalecido aún después que regresó el sistema democrático al país, en 1996.
La izquierda no ha llegado a la presidencia, un panorama que considera Jordan Rodas, en entrevista con Once Noticias, como lamentable.
Y es que para Rodas no hay puntos medios y critica que la izquierda en su país no ha sido capaz de fortalecerse ante el poder conservador, por lo que considera que es una izquierda a la que le urge madurez para organizarse.
“La izquierda, lamentablemente, no ha logrado hacer clic con la mayoría de personas que están en la pobreza y por eso el sistema no ha interpretado sus necesidades, sus aspiraciones. Los liderazgos también no han sido los mejores y estamos ante una izquierda racista y machista en Guatemala”.
Para Rodas esa situación no es nueva, sino histórica, porque después de los Acuerdos de Paz, firmados en 1996, entre el Estado y la Unidad Revolucionaria Nacional Guatemalteca, y que puso fin al conflicto armado interno que desangró al país durante 36 años –según estimaciones murieron 200 mil personas, la mayoría población civil– la izquierda no llegó al poder porque se desvinculó de las poblaciones indígenas y vulnerables.
Guatemala es un país en donde la mayoría es población ladina (mestiza) en 56%, pero tiene un alto porcentaje de población maya, 41.7%, de acuerdo con el último censo del año 2018.
En estas elecciones la representación de los pueblos indígenas es nula, así como las propuestas para atender sus necesidades.
En ese sentido, Rodas compartió al medio que si la izquierda en Centroamérica, más precisamente en su país, no logra ser incluyente para ser congruente con el progresismo, como principio fundamental, estarán condenados a tener gobiernos conservadores.
En la historia de Guatemala, entre 1945 y 1954 hubo dos gobiernos revolucionarios: el de Juan José Arévalo Bermejo y Jacobo Arbenz Guzmán. Ambos terminaron luego de golpes de Estado.
En 1986 y 2008 hubo dos gobiernos socialdemócratas, aunque desde el 54 se han registrado gobiernos militares y de tendencia conservadora.
Sin embargo, desde 2012 se han registrado gobiernos ultraconservadores y radicales: el primero el del general Otto Pérez Molina, Alejandro Maldonado Aguirre Jimmy Morales y, desde 2020, el de Alejandro Giammattei.
“Es oportuno que, ya pasada esta elección del 25 de junio, las fuerzas políticas y democráticas sociales del país, tengamos la capacidad de madurez, de reflexionar más allá de egos, de obsesiones personales. ¿Qué vamos a hacer a corto y largo plazo? Porque si no vamos a ser avasallados por la fuerza conservadora”, criticó el excandidato a la vicepresidencia del PLM.
Además el candidato es pesimista con respecto a un posible fraude, aunque desde el exilio dice que espera haya buenos resultados a nivel diputaciones y corporaciones municipales.
“Sé que es difícil porque son parte del sistema caudillista, muy personalistas, pero ojalá que la gente tenga la capacidad de dignificar el Congreso y el poder local, porque tiene mucha relación con el crimen organizado, porque el narcotráfico siempre tiende a meterse, apoyar alcaldes. Entonces hay que estar muy alertas”, asegura.
“Yo estaré viendo con expectativa las elecciones de la primera vuelta, también de la segunda vuelta. Es importante articular esfuerzos, yo creo es indispensable, pero bueno, lo primero es lo primero, hay que ver los resultados de veinticinco. Pienso que somos capaces de tener un rumbo diferente, más incluyente, apostando a la corrupción, y sobre todo, tener la capacidad de sumar esfuerzos”, concluye el exprocurador.