En México, en lo que va del año, diariamente se reportan 12 menores desaparecidas o desaparecidos, así lo dio a conocer la Red por los Derechos de la Infancia en México (Redim) al hacer un llamado urgente para atender las cifras.
Aunque la mayoría de los casos son localizados, una de cada 100 personas son halladas sin vida. La situación responde a un patrón criminal contra las infancias que no ha cesado ni durante el contexto de la emergencia sanitaria por COVID-19.
En el Día Internacional de las Víctimas de Desaparición Forzada, Redim urgió, que pese a los avances en materia legislativa con la Ley de Desaparición de Personas, la inclusión del capítulo segundo -que refiere a menores de 18 años desaparecidos o desaparecidas y en el que se adicionó un protocolo para la búsqueda concreta de dicha población-. Indicaron que resulta insuficiente si no se resuelve la crisis de derechos humanos que atraviesa al país y que afecta de manera insoslayable a las infancias y adolescencias.
Prevalecen las redes transnacionales de macrocriminalidad, que permiten que la guerra alimente grandes negocios como el tráfico de armas, el reclutamiento y esclavitud de personas con fines sexuales, laborales o militares, entre otros crímenes”, precisó Redim.
Consideran que la corrupción, impunidad y negligencia de autoridades obstaculizan el camino para resolver la situación de los derechos humanos.
Según datos de la Comisión Nacional de Búsqueda de Personas (CNB), órgano desconcentrado de la Secretaría de Gobernación (SEGOB), de 1964 hasta el 30 de agosto de 2021, hay un total de 225 mil 315 personas desaparecidas, no localizadas y localizadas.
De éstas, 91 mil 327 personas, es decir, 40.53% son personas desaparecidas y no localizadas. Al desagregar las cifras, de 133 mil 988 personas localizadas, 6.61% son personas localizadas sin vida.
Al focalizar dicha crisis en la población menor de 18 años las cifras son alarmantes. Hasta el 30 de agosto de 2021, se registró que 77 mil 752 niños, niñas y adolescentes han sido reportadas como desaparecidas, no localizadas y localizadas. De éstas, continúan 15 mil 196 desaparecidas y no localizadas. Las mujeres representan más del 50% de estos casos.
Los rangos de edad de las mujeres desaparecidas que despuntan las cifras, de 1964 hasta la actualidad, son de 15 a 19 años y de 10 a 14 años.
Las restantes 62 mil 520 personas, de 0 a 17 años, fueron localizadas, aunque 1.07% de estas desapariciones correspondieron a niñas, niños y adolescentes halladas sin vida.
Pese al contexto de pandemia, según datos de la REDIM, en lo que va del año se registraron mil 114 personas, de 0 a 17 años, desaparecidas o no localizadas. En contraste, en el mismo período de 2020, se registraron 932 personas reportadas como desaparecidas o no localizadas, por lo que hubo un incremento del 19.5%
Las principales entidades en donde se concentran 4 de cada 10 casos reportados son: Estado de México, Tamaulipas y Jalisco.
Aunado a esto se suman también los hijos e hijas víctimas por la desaparición de las más de 90 mil personas en el país.
El aumento exacerbado de las cifras se dio a partir de la administración de Felipe Calderón, en el contexto del inicio de la guerra contra el narco. En las siguientes administraciones, no obstante, prevalece el aumento desenfrenado de las desapariciones.
La Redim recuerda que desde 2011 y 2015, el Comité de Derechos del Niño de la Organización de las Naciones Unidas emitió recomendaciones al Estado Mexicano por la fallida estrategia de seguridad que se tradujo en impactos negativos a la infancia y adolescencia. En esta declaración, en la que también se sumó la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), reconocieron el incremento de las desapariciones y reclutamiento como crímenes continuos.
Resulta vital, también para esta agenda, comprender y robustecer una institución como el Sistema de Protección de Niñas, Niños y Adolescentes (SIPINNA)”, indicó Redim.
Por todo ello, la Redim dijo que es urgente exigir al Estado que cumpla sus obligaciones constitucionales para poner como prioridad el interés superior de la niñez, particularmente la niñez y adolescencia desaparecida.