La emergencia tras el paso del huracán “Otis” en Acapulco continua. A ocho días de ocurrida la tragedia, las y los pobladores de las partes altas y de las colonias aledañas aún carecen de agua potable corriente y víveres.
Entre quienes luchan por sobrellevar esta situación están los ‘lomitos’ en situación de calle y mascotas de compañía. Los primeros recorren grandes distancias bajo temperaturas de más de 35 grados, para alcanzar un poco de agua o algo de comida, que es escasa o simplemente no hay.
Mientras que las mascotas de compañía cuando corren con suerte, pueden salir con sus dueños del devastado Acapulco hacia Ciudad de México, en alguno de los vuelos humanitarios abiertos por Aeromexico o Viva Aerobus, pero siempre en jaulas.
En el aeropuerto Juan N. Álvarez de Acapulco, estaba Chantal Muñoz, quien con su gatita “Bubu” deja la zona devastada, para salvarse del siniestro. Muñoz hizo un llamado a las y los ciudadanos para no dejar en el olvido a los lomitos, gatitos y otras especies que no pueden abandonar el puerto.
“Queremos pedir ayuda para los animales en Acapulco por el Huracán Otis, por favor manden, no hay nada, no hay agua, no hay luz, no hay alimentos,y hay mucho animalito perdido y también en la calle por favor ayuden”, explicó Muñoz.
A esta petición de ayuda se sumó Marilin García Tubella, ciudadana cubana, quien también escapa de la tragedia con destino a CDMX en compañía de su perrita “Camila”.
“Merecen que los apoyemos, ellos son incondicionales a nosotros y ellos no lo piensan dos veces antes de ayudarnos, nada, mínimo podemos hacer para retribuirles en alguna medida”, detalló Tubella.
En el mismo aeropuerto se encontraba “Tika”, una perrita inquieta, que con su dueño, Francisco, habitante de la popular colonia Renacimiento, también estaban preparándose para abandonar Acapulco.
Francisco comentó que tanto él como su mascota sobrevivieron al huracán “Otis”, comiendo algunas latas de sardina, pero cuando el agua era nula para ambos, de inmediato decidió que abandonarían el puerto.
Por medio de “aventones”, se fue con su mascota a cuestas y pocas pertenencias, camino desde la colonia Renacimiento, ubicado a unas seis horas para llegar a la terminal aérea. Agotado, en el suelo del aeropuerto, el acapulqueño pidió a las personas enviar alimento para aquellos que no tienen voz, pero sí mucha hambre y sed.
“Sí, por favor, croquetas, alimento de sobre, agua mucha agua ellos piden de agua, ustedes saben cómo están pasando por una escasez de agua. Mira en estos casos del huracán, uno nunca sabe lo que puede pasar, nunca las dejen encargadas, si van a otra ciudad, que mejor se las lleven”, resaltó.
De manera desafortunada Francisco no pudo abordar el vuelo, porque no contaba con una jaula para transportar a “Tika”, por lo que ambos permanecerán en el devastado Acapulco un tiempo más, sobreviviendo en condiciones adversas.
