Las mañanitas sonaron por segunda ocasión para Doña María en el Centro Cultural Venustiano Carranza.
Este domingo festejó sus 65 en compañía de su familia y hoy, como regalo, acudió a registrarse en la pensión del bienestar para adultos mayores.
“Ayer me lo hicieron mi pastel, y una comidita que hizo mi hijo. Es una ayuda que necesita uno como gente grande”, dijo María de los Angeles, habitantes de la CDMX.
Los adultos mayores han dado los mejores años de su vida en los centros laborales y no todos cuentan con pensión.
Y claro, la Pensión del Bienestar ha sido una solución.
“Es una seguridad de que pase lo que pase voy a tener algún producto de primera necesidad para la canasta básica. Entonces, estuve trabajando durante 17 años y no alcancé a pensionarme, porque me faltó tiempo para completar las semanas de aportación”, señaló Oscar Javier Ochoa, habitante.
“Económicamente me ayuda muchísimo, ya que soy una persona viuda, tengo solo un hijo y vivo sola”, María Teresa, habitante.
Sin contar sus días como médico residente, Lourdes atendió por más de 30 años infinidad de pacientes en un hospital público.
Ahora, ella requiere operaciones y tratamientos para curarse de problemas ortopédicos y su pensión del bienestar, dice, será una recompensa que le ayudará a recuperar la salud.
“Recompensa que nos merecemos, porque nunca falté a mi trabajo ni un solo día y siempre fui cumplida”, Lourdes, habitante.