El 28 de septiembre de 1810 ocurrió una de las primeras y más importantes batallas de la Guerra de Independencia con la toma de la Alhóndiga de Granaditas, en la que se cubrieron de gloria las armas insurgentes lideradas por don Miguel Hidalgo y Costilla, acompañado por Ignacio Allende y Unzaga, Juan Aldama, Mariano.
La Alhóndiga de Granaditas es un edificio construido en la ciudad de Guanajuato a finales del siglo XVIII, en tiempos del virreinato, empleado en un principio como almacén y comercio de granos (es decir, una alhóndiga).
El inmueble es un símbolo histórico en Guanajuato. También se le conoce como Museo Regional de Guanajuato Alhóndiga de Granadita; cuenta con una arquitectura neoclásica, con diseño sencillo y una técnica impecable.
¿Qué sucedió en la Alhóndiga de Granaditas?
El ataque a la ciudad minera de Guanajuato, una de las más prósperas de la Nueva España, fue la primera gran batalla de la Guerra de Independencia.
Miguel Hidalgo encabezaba un ejército popular formado por campesinos, artesanos, indios, mestizos pobres, negros y un pequeño número de criollos. Carecían de disciplina militar y su armamento estaba compuesto por picos, azadas y machetes.
Sin embargo, su número superaba con mucho a los ricos propietarios de Guanajuato, quienes se refugiaron en la Alhóndiga de Granaditas, por ser un edificio de reciente construcción perfectamente fortificado.
El 28 de septiembre de 1810 el ejército Insurgente entró a Guanajuato para tomar la ciudad. En ella se encontraba un importante centro minero comandado por Juan Antonio Riaño, un español. Él, al enterarse de la llegada de Hidalgo (quien había sido su amigo en el pasado), ordenó a familias españolas que se refugiaran en la Alhóndiga de Granaditas.
Cuando Hidalgo se enteró le envió una carta a Riaño para pedirle que se rindieran. A cambio lo tratarían bien a él y a su familia, explicó José Antonio Aguilar Valdez, secretario académico del Programa Universitario de Derechos Humanos en una publicación del proyecto.
El español se negó, por lo que los insurgentes tomaron la decisión de entrar a la fuerza a la alhóndiga. Fue aquí cuando se cuenta la participación de un minero apodado “El Pípila que, aunque no ha podido ser confirmada, es la explicación de la manera en la que entraron al edificio que en la actualidad está en pie.
Cuenta la tradición que, a falta de cañones, El Pípila (el guajolote) se puso una losa de piedra en la espalda para protegerse de las balas. Alcanzó a llegar a la puerta de la alhóndiga, la roció de chapopote y le prendió fuego.
Cuando los insurgentes ingresaron al edificio encontraron resistencia armada, y entonces se produjo la matanza de los soldados realistas y de la población civil española que ahí se habían refugiado.
La furia del Ejército Insurgente no cesó y durante tres días seguidos continuaron con la masacre en el resto de la ciudad. Hidalgo se horrorizó al ver el escenario de muerte que se desarrollaba frente a sus ojos y dudó sobre continuar con la batalla.
Sería este miedo el que llevó al cura a no continuar su trayecto a la Ciudad de México. Imaginar a los cuerpos tendidos y los ríos de sangre por la capital del país, lo hicieron retroceder en su cometido. Especialistas creen que si Hidalgo hubiera continuado con lo planeado, en ese momento habría tomado al poder monárquico y la Guerra de Independencia hubiera terminado once años antes.
Para evitar un aniquilamiento como el de Guanajuato, el líder de la Independencia envió a personas a negociar con el Virrey Francisco Xavier Venegas mientras su ejército procedía con la toma de Valladolid. Fruto de esos tratados Hidalgo determinó retroceder, tal como narró el historiador Silviano Hernández en su libro Luchas por la Independencia.
¿Quién era “El Pípila”?
Juan José de los Reyes Martínez “El Pípila” es reconocido por haber realizado un acto heroico en septiembre de 1810. Durante la guerra de Independencia, con una losa sobre su espalda para librarse de los tiroteos, incendió la puerta de la Alhóndiga de Granaditas para poder tomar el lugar y lograr la victoria insurgente.
En la ciudad de Guanajuato se encuentra una enorme estatua de piedra roja que representa “El Pípila”, héroe de la Independencia de México. Es un homenaje a un hombre que, a su manera inusual, marcó uno de esos pequeños acontecimientos que cambian el destino de las naciones.
“El Pipila” nació en San Miguel el 3 de enero de 1782, hijo de Pedro Martínez y María Rufina Amaro. El Pípila fue un peón modesto que trabajaba en las minas de oro. Con una losa de piedra atada a su espalda, él se protegía de la caída de piedras y otros escombros.
Museo Regional de Guanajuato Alhóndiga de Granaditas
El Museo Regional de Guanajuato Alhóndiga de Granaditas, es un espacio de gran valor histórico y sociocultural en nuestro país, cuyo objetivo principal es conservar, investigar, comunicar y exponer el acervo cultural arqueológico, histórico, artístico y etnográfico que atesora; se abrió al público desde el año 1958.
Este recinto es considerado como uno de los más ricos y representativos de la República Mexicana ya que cuenta con un acervo inventariado de más de 9 mil piezas de gran valor histórico y cultural; es un inmueble emblemático dentro de la historia de nuestro país, es un símbolo revolucionario porque se libró allí el 28 de septiembre de 1810, la primera batalla insurgente, hecho histórico que dio origen a la Independencia de México y al nacimiento de la nación mexicana.
La arquitectura del museo en sí misma que se inserta perfectamente en la trama urbana existente, se convierte en la principal obra exhibida. La Alhóndiga ha tenido diferentes usos: almacén de granos, cuartel y cárcel, hasta que en el año 1958 el gobierno de Guanajuato apoyado por el Instituto Nacional de Antropología e Historia le dio el uso de museo.
El Museo cuenta con 14 salas de exposición permanentes.