Fui atacada por mi ex pareja con ácido y pues la verdad no ha sido nada fácil.
Son pocas las mujeres que públicamente denuncian ser víctimas de un ataque con ácido, una violencia física que se ejerce en extremo sobre sus cuerpos
Tengo sueños en donde me veo mis brazos y vuelvo a, o sea esa sensación del ácido en mi cuerpo a mí no se me olvida’’, aseguró María Elena Ríos, víctima de ataque con ácido.
Pese a que ellas denuncian las agresiones, enfrentan la impunidad
Les dijeron que eran lesiones, que ni siquiera alcanzaban cárcel, que eran lesiones que sanaban en menos de 15 días y entonces quedaban completamente impunes estos actos y los agresores completamente libres’’, aseguró Alessandra Rojo de la Vega.
Alesandra Rojo de la Vega, diputada local en la Ciudad de México e impulsora de una iniciativa nacional para que se generen cambios al Código Penal y los ataques con ácido se consideren un delito, señala las violencias que escalan hasta límites fatales
Sufrimos violencia desde la más evidente, que es la física, que son las lesiones, la psicoemocional, que es la que más normalizamos que va desde chantajes, intimidar, desvalorar’’, aseguró Alessandra Rojo de la Vega, activista y diputada local de la CDMX.
Las violencias van escalando hasta llegar a la máxima expresión que es el feminicidio.
ONU Mujeres sostiene que contra ellas se ejerce la violencia psicológica, emocional, digital, obstétrica, económica, sexual y física.
En el caso de los ataques con ácido, solo en 13 estados se consideran delito; en el Senado de la República está detenida la iniciativa y las secuelas duran toda la vida.
Se burlan, te atacan, en el trabajo también no te aceptan, por estás desfigurada, das miedo’’, aseguró Esmeralda Millán, sobreviviente de violencia física.
En México, no existen organizaciones que apoyen a quienes sufren estas agresiones incluso se desconoce el número de las afectadas.
No tenemos estadísticas en este país, porque eran consideradas lesiones entonces no sabemos cuantas mujeres han sido atacadas de esta manera’’, aseguró