Nacional

Atenco: El terrorismo de Estado en el foxismo

Es la imagen de la impunidad.

Es San Salvador Atenco, Estado de México.

Es la represión a los integrantes del Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra, con dos muertos y decenas de heridos y mujeres vejadas.

Es mayo del 2006, el último año del sexenio de Vicente Fox y el primero de Enrique Peña como gobernador de Estado de México.

Es la barbarie.

Los campesinos luchan contra el decreto expropiatorio de 2001, que busca despojarlos de sus tierras para edificar el proyecto cumbre de Fox: el Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México en la zona de Texcoco.

Sin embargo, las movilizaciones se multiplican y hacen de los machetes -una herramienta de labranza-, símbolo de la resistencia.

Con el consentimiento de Fox, el joven gobernador mexiquense, Enrique Peña Nieto ordena un sangriento operativo los días 3 y 4 de mayo de 2006.

Participan agentes federales y del Estado de México, que detienen a más de 200 personas a punta de toletazos.

En la refriega, una bala mata a Javier Cortés, de 14 años, y un proyectil de gas lacrimógeno hiere al estudiante de la UNAM, Alexis Benhumea, quien falleció un mes después.

El Jefe de la Agencia de Seguridad Estatal del Estado de México, Wilfrido Robledo, culpó a los campesinos de la muerte de cortés y afirmó que los policías iban desarmados.

La necropsia practicada al menor lo desmiente…

 

Venían embrutecidos, o sea no vieron a un ser humano delante de ellos, veían a un objeto’’, afirmó María Antonia Trinidad, integrante del Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra.

“Fue algo desmedido, algo desigual, totalmente desigual pues nosotros no tenemos las armas que asesinan, ellos si las traían y traían además una orden de matar y golpear al que se moviera’’, consideró María Antonia Trinidad, integrante del Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra.

Los excesos se dieron desde distintos frentes, incluso por parte de los medios de comunicación, a los que Fox había favorecido condonándoles impuestos.

Es una vergüenza lo que estamos viendo en la televisión, yo no sé qué espera el gobierno para dar una orden más fuerte, más eficaz, más precisa para acabar con estos hombres que están atacando a la policía.

La CNDH concluyó que en Atenco la policía recurrió a la tortura, a detenciones arbitrarias, allanamiento de morada y violentó sexualmente a 47 mujeres.

 

Me quitaron zapatos, me rompieron la ropa, fue desde manoseos, desde meter objetos, desde todo’’, consideró Edith Rosales, sobreviviente de tortura sexual en Atenco.

Italia Méndez, otra víctima y sobreviviente de tortura sexual en Atenco, dijo, “me quitaron, me bajaron el pantalón hasta los tobillos, arrancaron mi ropa interior y comenzaron a golpearme con sus toletes’’.

Un comandante llamó a varios policías y pidió y les dijo vengan y calen a esta puta.

Los campesinos y las víctimas de la represión denuncian también la participación del ejército, a cargo del general Clemente Vega García, y de la Policía Federal, al mando de Eduardo Alejandro Martínez.

Así como la omisión de los presidentes municipales de Atenco, Pascual Pineda, y de Texcoco, Nazario Gutiérrez, hoy diputado local de Morena.

En 2018, la Corte Interamericana de los Derechos Humanos concluyó que el Estado Mexicano fue responsable de violar las garantías individuales en Atenco y de tortura sexual contra 11 mujeres.

Vicente Fox rechazó siempre ser responsable de los hechos violentos y culpó al movimiento campesino.

 

Nadie puede utilizar como pretexto el agravio a sus intereses para cometer actos fuera de la ley’’, afirmó el entonces Presidente Vicente Fox Quesada.

El Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez documentó que en el sexenio de Vicente Fox se registraron al menos 117 desapariciones de activistas.

Además, quedaron en la impunidad los casos Aguas Blancas, Acteal y El Charco, registrados en la administración de Ernesto Zedillo, que Fox se comprometió a investigar.

Las víctimas exigen no sólo memoria histórica, sino justicia y castigo para los responsables.

 

Merecen castigo, merecen ser encarcelados, tiene que ser un castigo ejemplar, no puede ser que nada más sea un repudio, no puede ser un repudio. sí, nada más los repudiamos, sí y qué con eso, pues si ellos andan libres, viviendo su vida, ¿y nosotros?’’, aseguró María Antonia Trinidad, integrante del Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra.

Vicente Fox, devoto fiel de la Virgen de Guadalupe, convirtió la represión en su bandera, para las víctimas de estos actos violentos y para los integrantes de organismos defensores de derechos humanos. Juró en vano ante la nación.

“Y si así no lo hiciere, que la nación me lo demande’’.

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