
La presa Endhó, ubicada en Hidalgo, es hoy un ejemplo del avance hacia el saneamiento hídrico sostenible en el país.
A través de un plan integral que involucra a los tres órdenes de Gobierno, se busca atender la contaminación generada por aguas negras procedentes del Valle de México, el crecimiento desmedido del lirio acuático y la presencia de metales como mercurio y arsénico.
Construida entre 1947 y 1952, durante el mandato de Miguel Alemán Valdés, la presa fue diseñada para almacenar aguas del sistema de drenaje del Valle de México y destinarlas al riego en el Valle del Mezquital.
Sin embargo, a partir de la década de 1970 comenzó a recibir aguas residuales del río Tula, lo que agravó la contaminación y los riesgos para la salud pública.
“La filtración de estas aguas a pozos de agua potable ha incrementado enfermedades gastrointestinales y casos de cáncer”, explicó el gobernador Julio Menchaca Salazar.
La situación llevó a comunidades ribereñas de Tula y Tepetitlán a exigir acciones urgentes, como señaló Noel Olguín Luna, delegado de la comunidad de Michimaloya.
Con apoyo de la Marina y maquinaria de los tres niveles de Gobierno, el proceso de saneamiento ha alcanzado un avance del 50 %, informó Cirila Hernández Cabrera, sobreviviente de cáncer de mama.
Las acciones incluyen remoción del lirio acuático, fumigación para controlar plagas y un programa de restauración ecológica con participación comunitaria.