Barra de Opinión Once Noticias | Felipe Ávila

El pasado fin de semana, el presidente Andrés Manuel López Obrador realizó una visita de Estado a Cuba, donde se entrevistó con el presidente de ese país, Miguel Díaz-Canel. En esa visita, quedó de manifiesto la estrecha solidaridad y cooperación que hermana a nuestros pueblos.

Con Cuba tenemos una relación especial desde hace más de 500 años. Hemos estado vinculados por lazos históricos, étnicos, culturales, económicos y políticos. Desde el siglo XV hubo contacto comercial a través del mar Caribe entre los pueblos maya y taíno. Con la conquista y colonización española compartimos un pasado virreinal durante tres siglos. Los puertos de Veracruz y la Habana fueron las puertas que conectaron América con Europa y que permitieron un intenso intercambio económico, cultural y familiar.

A lo largo del siglo XIX nos acercó el anhelo de romper el yugo colonial con España y acabar con la esclavitud. México lo consiguió en 1821; Cuba, hasta 1898.

Muchos patriotas cubanos, como Pedro Ampudia se unieron a las filas insurgentes mexicanas para luchar por la Independencia y hubo también mexicanos, como José Inclán, que en distintos momentos se unieron a los independentistas cubanos.

México y Cuba se identificaron también por una generosa política de asilo y apoyo a los refugiados políticos de ambas naciones, entre los cuales estuvieron Benito Juárez y Melchor Ocampo, así como José Martí, quien incluso llegó a afirmar que de no ser cubano le habría gustado ser mexicano.

Cuando Cuba conquistó su independencia y se establecieron relaciones diplomáticas con México, un embajador cubano, Manuel Márquez Sterling, escribió una de las páginas más brillantes en la historia de la diplomacia internacional al defender con valentía al presidente Francisco I. Madero, con quien pudo estar en sus últimos momentos, tratando de salvar su vida y llevarlo junto con su familia a La Habana durante la Decena Trágica.

Es muy conocido también, que Fidel Castro y otros exiliados cubanos, junto con el “Che” Guevara, prepararon desde tierras mexicanas la revolución contra la dictadura de Batista y zarparon en el buque Granma desde el litoral veracruzano.

A Cuba y a México nos unen también nuestras dos revoluciones. La Revolución Mexicana tuvo una enorme influencia en los patriotas y demócratas cubanos, quienes se inspiraron en ella para orientar su lucha para construir una sociedad más justa. La Revolución Cubana ha inspirado también a quienes en México han visto en sus logros sociales, educativos y culturales, así como en su heroica defensa contra el bloqueo estadounidense un ejemplo de dignidad y de compromiso con las mejores causas de la humanidad.

Estos vínculos históricos se han fortalecido en los últimos años. México, que fue el único país que se opuso a la expulsión de Cuba de la OEA, ha impulsado la integración de la isla a los foros internacionales y brindó ayuda humanitaria a la isla el año pasado. Cuba, por su parte, nos envió a médicos y enfermeras para ayudar en el combate a la pandemia de COVID. La intención de estrechar esta hermandad entre nuestros pueblos ha quedado de manifiesto en las recientes visitas recíprocas de Estado entre ambos presidentes.