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Camino a seguir para reducir la explotación laboral infantil

Documento OIT Unicef

En el mundo 160 millones de niños se encuentran en situación de trabajo infantil y de ellos 79 millones realizan labores peligrosas que ponen en riesgo su salud, seguridad y desarrollo físico, mental, social y educativo, de acuerdo con la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

 

África Subsahariana se ubica en el primer lugar con 23.9%; es decir, 86.6 millones en términos absolutos de infantes en esa condición.

 

El sector agrícola representa el mayor porcentaje de trabajo infantil en todo el mundo, siete de cada diez se dedican a la agricultura –de subsistencia o comercial– e incluye pesca, silvicultura, ganadería y acuicultura; 19.7% en servicios y 10.3% en el sector industrial.

 

En México, cifras de la Encuesta Nacional de Trabajo Infantil 2019, del Instituto Nacional de Estadística y Geografía, revelaron la existencia de 3.3 millones de niños y niñas, de entre cinco y 17 años quienes trabajaban y representaron 11.5% de la niñez mexicana. De ese total, dos millones desempeñaban labores peligrosas o prohibidas y no tenían la edad mínima para estas actividades, de acuerdo con los convenios, recomendaciones internacionales y la legislación nacional.

 

El INEGI define el trabajo infantil, en su definición más amplia como: los niños y niñas en formas de trabajo prohibidas, en tipos de trabajo que es preciso eliminar por ser social y moralmente indeseables, a partir de las orientaciones de la legislación nacional, los convenios y recomendaciones internacionales. Por lo tanto, la estadística de trabajo infantil incluye a todas las personas de 5 a 17 años que en un tiempo determinado participaron en una o más de las siguientes actividades:

  • Peores formas de trabajo infantil. De acuerdo con la Ley Federal de Trabajo, en su artículo 175, son: trabajo en establecimientos no industriales después de las diez de la noche; expendios de bebidas embriagantes de consumo inmediato, cantinas o tabernas y centros de vicio; trabajos susceptibles de afectar su moralidad o buenas costumbres; y, labores peligrosas o insalubres establecidas en el artículo 176 (construcción, minas, agrícolas, residuos peligrosos, etc.).
  • Empleo por debajo de la edad mínima.
  • Servicios domésticos no remunerados de carácter peligroso.

 

De acuerdo con el INEGI la entidad que reporta el mayor número de población de 5 a 17 años en situación de trabajo México, seguido de los estados de Puebla, Chiapas, Veracruz, y Oaxaca en ese orden: siendo Baja California Sur la que ocupa el último lugar.

 

El Día Mundial contra el Trabajo Infantil que se conmemora el 12 de junio, este fenómeno se presenta principalmente en entidades donde las condiciones son precarias, niveles educativos e ingresos per cápita bajos y pobreza extrema que coloca a esta población en condiciones desfavorables. En ese sentido refiere la importancia de comprender dónde se presenta de manera compleja, toda vez que no se trata de un hecho aislado.

 

Al respecto, la OIT señala que se ha demostrado un vínculo entre la pobreza de los hogares y el trabajo infantil, condición que la perpetua por generaciones, deja a los hijos de las familias fuera de la escuela y limita sus posibilidades de ascender en la escala social.

 

EL CAMINO A SEGUIR

Las estimaciones mundiales de la OIT y UNICEF de 2020 indican que nos encontramos en una coyuntura crítica en los esfuerzos mundiales para erradicar el trabajo infantil. El progreso mundial se ha estancado en los últimos cuatro años después de haberse ralentizado ya considerablemente en los cuatro años anteriores.

 

La pandemia ha puesto claramente de relieve el riesgo de trabajo infantil, ante todo por el fuerte incremento de la pobreza que puede dar lugar a que las familias dependan en mayor grado del trabajo infantil y por los cierres de las escuelas que deniegan a las familias una alternativa lógica para evitar a sus hijos a trabajar.

 

Será importante no perder de vista los imperativos de política más generales para poner fin al trabajo infantil. ¿Cuáles son estos imperativos?:

 

  • Extender la protección social para los niños y sus familias, con el objetivo de mitigar la pobreza y la incertidumbre económica que subyacen al trabajo infantil.
  • Garantizar una educación gratuita y de buena calidad al menos hasta la edad mínima de admisión al empleo, a fin de proporcionar una alternativa viable al trabajo infantil y de brindar a los niños una oportunidad para tener un futuro mejor.
  • Garantizar que se registre el nacimiento de cada niño, para que los niños tengan una identidad legal y puedan gozar de sus derechos desde su nacimiento.
  • Promover el trabajo decente que permita obtener ingresos justos para los jóvenes (por encima de la edad mínima legal para trabajar) y los adultos, poniendo particular énfasis en los trabajadores de la economía informal, a fin de que las familias no recurran al trabajo infantil impulsado por la pobreza.
  • Promover medios de sustento rurales adecuados y la resiliencia debida, en particular apoyando la diversificación económica, invirtiendo en una infraestructura de servicios básicos, extendiendo la protección social y concibiendo políticas de extensión agrícola para la diversificación de los cultivos. Las explotaciones y empresas familiares que dependen de sus hijos como mano de obra (en su mayor parte no remunerada) necesitan más apoyo para mejorar sus medios de sustento y acabar con dicha dependencia.
  • Garantizar que exista la legislación necesaria para proteger a los niños, respaldada por mecanismos encargados de la aplicación de la legislación y por sistemas de protección de la infancia, y los servicios necesarios para aplicarla.
  • Abordar las normas de género y la discriminación que aumentan los riesgos de trabajo infantil, en particular para las niñas, relacionados con el trabajo doméstico y con las tareas domésticas no remuneradas.

 

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