Cientos de migrantes y solicitantes de asilo sobre todo de países de Centroamérica y el Caribe partieron este sábado de Tapachula, en el sur de México, en una caravana que pretende llegar a la Ciudad de México donde esperan agilizar sus casos, pese a que efectivos de seguridad intentaron impedirles el paso.
Videos publicados en redes sociales, mostraron choques entre miembros de la Guardia Nacional y los migrantes, muchos de los cuales iban acompañados de niños pequeños o llevaban bebés en brazos.
Los extranjeros lograron avanzar tras romper el cerco del cuerpo de seguridad mediante golpes y empujones. No obstante, autoridades detuvieron a varios de ellos, informó el diario Reforma.
La mayoría de las aproximadamente 500 personas de la caravana proceden de Haití, Cuba y Colombia, dio un testigo de Reuters.
Hasta este sábado por la noche han avanzado más de 30 kilómetros al norte de Tapachula bajo una lluvia torrencial.
Durante días, migrantes en Tapachula han realizado protestas para exigir que se aceleren sus casos para que puedan salir del sureño estado Chiapas y reubicarse en otras partes de México o dirigirse a la frontera de Estados Unidos sin riesgo de deportación, según informes de medios locales.
“No podemos sobrevivir en Tapachula”, dijo el migrante colombiano Carlos Correa, de 31 años, quien dijo que se unió a la caravana el sábado después de esperar tres meses sin recibir respuesta a su solicitud de asilo.
Le pedimos al Gobierno de México que por favor cree un corredor humanitario para que podamos viajar a la frontera [de Estados Unidos]”, añadió el migrante colombiano Carlos Correa.
Según las leyes mexicanas, los migrantes deben permanecer en el estado donde solicitaron asilo hasta que se resuelvan sus casos, un proceso que puede llevar meses o años.
Este sábado por la mañana, decenas de migrantes se reunieron alrededor de una pancarta que decía “Tapachula Cárcel Migratoria” antes de comenzar a marchar por las calles, ondeando banderas y gritando “Sí, podemos”, según un video publicado en redes sociales.
Tanto México como Estados Unidos han sido testigos de altos niveles de migración este año, particularmente desde Centroamérica, donde la violencia, la pobreza y una crisis de hambre han obligado a cientos de miles a huir.
Los agentes de la Oficina de Aduanas y Protección de Fronteras de Estados Unidos han realizado desde octubre más de 1.2 millones de arrestos o expulsiones de migrantes que cruzan la frontera estadounidense.
México enfrenta una creciente presión de Washington para que tome medidas para reducir la inmigración con destino a Estados Unidos. En las últimas semanas, el Gobierno mexicano ha enviado a miles de migrantes al sur de México en avión, donde son transportados en autobuses hasta la frontera con Guatemala.
Estados Unidos también ha instado a México a despejar los campamentos que albergan a miles de migrantes en ciudades fronterizas debido a preocupaciones de que representan un riesgo para la seguridad y atraigan a bandas criminales.
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