Ciudadanos exigen que no quede impune el crimen de los perritos rescatistas de la Cruz Roja, “Athos” y “Tango”, asesinados por envenenamiento en 2021 en Querétaro.
Por ellos llegaron las protestas a las puertas de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
Manifestantes denunciaron que el responsable, a quien identificaron como Vicente “N”, fue sentenciado originalmente a un pena de 10 años de cárcel, pero el vigésimo segundo Tribunal Colegiado de Querétaro redujo la pena a cuatro años y una multa de solo 10 mil pesos.
Sin embargo la sanción no se ha ejecutado y hasta el día de hoy el asesino sigue libre.
“El asesino era un vecino que vivía en la misma una cerrada de Athos y Tango y un día por maldad, la gente puede ser mala, decidió investigar cómo eran Athos y Tango, que comían, a qué hora salían a pasear, y él estudiando todo eso un día decidió darles salchichas envenenadas y matar a Athos y Tango. Es importante eso porque hubo una premeditación”, aseguró Sofía Moreno, representante de la sociedad civil.
Ese día también fue envenenado Balam, el hijo de Athos, quien fue el único sobreviviente.
Las y los manifestantes pidieron a los ministros de la Corte que los apoyen para garantizar que se haga justicia y eviten que se mande un mensaje equivocado a la sociedad de que cualquiera puede atentar contra la vida de los animales sin que haya castigo.
Aplicar la justicia, afirmaron, es proteger también a los animales.
“Los animales importan y todos los delitos que ocurren en contra de los animales deben de tener penas ejemplares”, consideró.