La Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) reprochó la falta de eficiencia de las políticas públicas para prevenir y erradicar los asesinatos y agresiones en contra de periodistas y comunicadores.
El organismo nacional condenó los homicidios de los periodistas Gustavo Sánchez Cabrera y Enrique García García, asesinados, el miércoles y jueves de esta semana, en Oaxaca y Estado de México, respectivamente.
Ante estos dos asesinatos que se suman a la larga lista de 170 comunicadores privados de la vida desde el año 2000, por cuestiones vinculadas a su desempeño profesional, la CNDH demandó a las autoridades responsables de la procuración de justicia, investigar a fondo los hechos, para su esclarecimiento y dar con los responsables.
La comisión expresó sus condolencias a los familiares de las víctimas, así como su solidaridad con los compañeros de sus centros informativos y con el gremio periodístico en general.
Pidió poner especial atención en las investigaciones sobre la posible relación de estos crímenes, con la actividad periodística de las víctimas, con una atención integral a los familiares y víctimas indirectas en ambos casos.
Reiteró su preocupación por la ausencia de efectividad, eficiencia y vigencia de acciones, políticas públicas y estrategias oficiales, por parte de las instancias de los tres órdenes de gobierno, para prevenir y erradicar las agresiones, incidentes y riesgos, para garantizar los derechos fundamentales de los comunicadores.
La CNDH advirtió que la repetición de este tipo de delitos y acontecimientos constituyen un obstáculo, silencian e inhiben el pleno ejercicio del derecho a la libertad de expresión en el país.
Recordó que las agresiones que suceden en agravio de integrantes del gremio de la comunicación no solo afectan a sus integrantes, sino también representan un agravio a la sociedad, ya que impiden que el derecho a la información.
La CNDH reconoció que México es uno de los países más peligrosos para ejercer el periodismo en América Latina, en el que las agresiones más graves, por medios directos, como son el secuestro, desaparición y homicidio, continúan presentándose de manera alarmante.