La Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) emitió una recomendación al secretario de la Defensa Nacional, general Luis Cresencio Sandoval, y a la gobernadora de Baja California, Marina del Pilar Ávila, por violaciones de elementos del Ejército y policía estatal al los derechos a la libertad, seguridad personal, jurídica y a la integridad de dos personas.
La CNDH afirmó que las víctimas sufrieron detención arbitraria, retención ilegal y actos de tortura que les fueron infligidos por parte de los elementos de la entonces policía estatal preventiva de Baja California y de la Sedena.
Asimismo, el organismo dijo que el 18 de marzo de 2016, con la vista formulada por el juzgado primero de distrito en Tamaulipas, se presentó el caso por el cual dos presuntas víctimas manifestaron haber sido objeto de actos de tortura por parte de los aprehensores.
Los hechos
La primera víctima refirió que el 19 de enero de 2011 fue a la tienda y escuchó detonaciones de arma de fuego.
“Personas armadas y encapuchadas lo golpearon y lo acusaron de ser uno de los que habían huido”, agregó.
Además, indicó que fue esposado y lo subieron a un vehículo, donde fue objeto de agresiones mientras lo interrogaban.
Después, le pidieron que reconociera a dos individuos esposados, a los cuales no conocía. una mujer le colocó una bolsa de plástico en la cabeza y al sentir que le faltaba el aire la mordió para poder respirar, lo que provocó que lo golpeara nuevamente.
Más tarde, fue trasladado a la base de la entonces Policía Preventiva del estado, donde lo metieron a un cuarto en el que se encontraban varios agentes, quienes lo sometieron a diversas formas de tortura.
Asimismo, indicó que, posteriormente, llegaron elementos del Ejército Mexicano, quienes lo llevaron junto con las demás personas detenidas en un vehículo a instalaciones militares.
La segunda persona refirió que el 19 de enero de 2011, se encontraba en una casa cuando escuchó varios disparos y junto con otras personas, salió para ver qué pasaba.
Dijo que varios vehículos circulaban por la calle y elementos militares pasaban por el lugar casa por casa.
Afuera, los soldados lo tiraron al piso, lo golpearon y lo subieron a un vehículo, preguntándole “i él era el que había corrido”, relató.