Son una gema de la naturaleza.
Su innegable belleza, diminuto tamaño e hipnótico aleteo hacen de los colibríes una de las aves más apreciadas.
Se alimentan del néctar de las flores, es el pago que obtienen de ellas a cambio de su trabajo de polinización.
Los picaflores, como también se les conoce, viven exclusivamente en el continente americano; sin embargo, la urbanización ha destruido su hábitat natural.
Se han estado removiendo las áreas naturales en las áreas urbanas para construir edificios, carreteras, calles y cada vez está más lleno de asfalto y hay menos áreas verdes, entonces los colibríes y todos los demás polinizadores se ven obligados a desplazarse a otras áreas y salir de la ciudad para obtener los recursos”, comentó Laura Núñez Rosas, investigadora de la FES Iztacala, de la UNAM.
De las 58 especies de colibríes que existen en México 20 están sujetas a algún tipo de protección y cinco se encuentran en peligro de extinción.
Para permitir la supervivencia de estas aves en las ciudades, la campaña de Protección de los Polinizadores de América del Norte creó el proyecto de Jardines Urbanos para Colibríes.
El primer jardín para colibríes que se hizo fue en la Casa Blanca y fue un jardín bastante grande y de ahí empezó a difundirse a México, Estados Unidos y Canadá”, señaló Laura Núñez Rosas.
En México, esta iniciativa es liderada por la doctora María del Coro Arizmendi, quien creó el primer Jardín para Colibríes del país en la Facultad de Estudios Superiores (FES) Iztacala, de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
La idea se extendió a otras escuelas e instituciones, incluso a casas particulares.
A través de una página web, explica cómo crear los jardines, qué flores prefieren estas aves y cómo hacer el néctar para los bebederos.
Cualquier persona se puede sumar a esta iniciativa, nosotros les podemos dar asesoría de cómo construir el jardín, podemos recomendarles especies de plantas”, indicó Laura Núñez Rosas.
Por ejemplo, se deben colocar plantas que floreen todo el año.
Siempre que colocamos jardines tratamos de garantizar que va a haber floración a lo largo del año, por qué, porque hay colibríes que son residentes dentro de la ciudad y que necesitan recursos a lo largo del año”, dijo María del Rocío Meneses Ramírez, , maestra en sostenibilidad.
También es importante que sean plantas nativas de la región, por ejemplo, las salvias en México.
Son una familia de plantas que ha evolucionado a la par con los colibríes, tienen una relación muy estrecha, ellos se alimentan del néctar que producen estas flores”, explicó María del Rocío Meneses Ramírez.
Todas son del agrado de los chupamirtos.
Mientras tanto, en Puebla, el Paraíso Colibrí es un pequeño vivero que cuenta con este tipo de flores y se ha convertido en hogar de diferentes especies de colibríes.
Aquí en este vivero tenemos más o menos cuatro especies residentes, o sea las tenemos todo el año y ahorita en invierno llegan las especies migratorias desde Estados Unidos”, señaló María del Rocío Meneses Ramírez.
También en Puebla, el Jardín de Sergio hay unas 30 especies de salvias que han hecho de este lugar uno de los favoritos para estas aves.
Sin tratar de ser exagerado, creo que he visto en una tarde 25 colibríes. Pero siempre hay o sea todos los días veo al menos unos ocho o 10 colibríes diferentes”, expresó Sergio Ramírez Martínez, dueño de jardín para colibríes.
En su patio también colocó bebederos con néctar preparado con sacarosa y agua.
Un bebedero representa mil flores, eso son yo creo que un parche floral ha de tener unas dos mil flores, entonces pues es como si mi jardín fuera mucho más grande, para los colibríes representa como una planta que nunca se le acaba el néctar”, comentó Sergio Ramírez Martínez.
Ya son más de 235 los Jardines para Colibríes que esta iniciativa tiene registrados en el país, 70% en Ciudad de México y Zona Conurbada.
Una simple maceta, un balcón o un pequeño patio, en cualquier espacio se puede colocar uno de estos jardines para ayudar a rescatar a los colibríes.