Hoy se conmemora el Día Mundial de la Cultura Africana y de los Afrodescendientes que continúan en la lucha por reconocimiento y la erradicación del racismo.
En México hay más de dos millones y medio de personas que se reconocen como afromexicanas. Veracruz es símbolo de memoria y libertad, ya que ahí se estableció el primer pueblo libre de personas africanas que fueron traídas a América como esclavas.
Hoy es la tercera entidad con más personas afromexicanas del país, con 15 mil, de acuerdo con el Censo Nacional de Población y Vivienda 2022 del Inegi.
Jum Ko nació en Xalapa, Veracruz; desde niña supo de sus raíces africanas, pero nunca escuchó su historia, ni en la escuela, ni en televisión.
“Mi familia es tanto de ascendencia afro, negra, y también somos personas asiáticas. No veía personas que se parecieran a mí, a mi familia, en la tele o en los libros de historia; ningún espacio… Aparecíamos en caricaturas y con estereotipos peyorativos”, expresó Jum Ko Ogata, habitante de Xalapa.
Al crecer, enfrentó a una realidad violenta, agregó que, “por ser una mujer afrodescendiente y siempre existe la hipersexualización; los comentarios de ‘la morena de fuego’; de verse exótica; preguntarte si eres de otro país”.
Magali también es afromexicana y ha sufrido discriminación.
“La discriminación sigue en cualquier lado, porque como nosotros somos una comunidad con rasgos afro, todo el tiempo dicen: los negros del Mirador o los negros de Mata Clara”, dijo Magali de la Rosa, habitante de El Mirador, Veracruz.
Ellas forman parte de la historia mestiza de México, que por siglos fue negada.
Apenas hace tres años la comunidad afromexicana fue reconocida constitucionalmente como una etnia más del país.
“El reconocimiento de poblaciones y entonces posiblemente la instauración de políticas que tratan de reparar el daño hecho a esas poblaciones, históricamente marginadas”, sostuvo Jum Ko Ogata.
Aunque es un paso importante para su autonomía y promoción de su cultura, consideran que falta mucho para erradicar el racismo.
Rafael de Jesús Vázquez, habitante de Xalapa, comentó: “ahorita con el reconocimiento constitucional, el hecho de incluir en el censo de población del Inegi, la pregunta de si se autodescriben como afro descendientes y a mí me encantaría que los libros de primaria, de kinder, tuvieran justo este tema”.
“Nosotros merecemos respeto; merecemos un respeto porque no por nuestro color ahora sí que seamos discriminados; porque tanto somos iguales como el güero, el negro; somos los mismos, nomás que va en el color, en la sangre”, mencionó por su parte Emelia Blanco Celestino, habitante de Yanga, Veracruz.
Saben que su identidad es la huella de una herencia que trasciende; hoy reivindican su raíz, su historia.
“Mis abuelos mis bisabuelos pertenecieron a este pueblo yo soy de este pueblo y quiero que en memoria de ellos se le reconozca y se nos reconozca cada día más”, manifestó Guadalupe Valdivia, habitante de Cuitláhuac, Veracruz.
