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¿Cómo fue la entrada triunfal del Ejercito Trigarante en Ciudad de México?

El 27 de septiembre de 1821, en la Plaza de la Constitución de la Ciudad de México una multitud expectante esperaba la llegada del Ejército Trigarante, comandado por el coronel Agustín de Iturbide.

Durante el mes de septiembre de 1816, el Virrey Juan Ruíz de Apodaca, otorgó indultos para los líderes insurgentes que concluyeran la insurrección y en algunos casos para que se unieran a sus fuerzas, esta medida logró contener y fragmentar organizaciones armadas, aunque no todas sucumbieron, sin embargo; el indulto influyó para que existiera una relativa paz en la Nueva España.

El 26 de mayo de 1819, cuando el Intendente de la Provincia de Veracruz, José Dávila junto a los comerciantes de la región optaron por jurar la Constitución de Cádiz, organizaron un Batallón de Voluntarios para protegerse y ejercer presión en contra del Virrey Ruíz de Apodaca, quien el 31 de mayo de 1820, accedió a reconocer la Constitución de Cádiz y con este cambio dejó el cargo de Virrey para convertirse en el jefe Político Superior de Nueva España.

Los simpatizantes de la monarquía comenzaron a reunirse de forma secreta en el Oratorio de San Felipe Neri (conocido como el templo de la Profesa, en la Ciudad de México) para impedir que se reconociera la Constitución de Cádiz.

Una vez jurada la Constitución de Cádiz, los grupos privilegiados intentaron desarticular las guerrillas que promovía el General Vicente Guerrero debido a que seguía resistiendo en la sierra del sur de la Nueva España, de manera que le confiaron al Coronel Agustín de Iturbide detener la sublevación y para ello, lo nombraron Comandante en Jefe de los Ejércitos del Sur, en lugar de José Gabriel de Armijo quien ya había sufrido una contundente derrota en la Batalla de Cerro de Barrabás (en el actual estado de Guerrero).

Iturbide como comandante decidió establecer su Cuartel General en Teloloapan e intentó comunicarse con el General Vicente Guerrero, finalmente el 10 de febrero de 1821, aceptó una entrevista con Iturbide. El encuentro se realizó en la población de Acatempan (hoy municipio de Teloloapan).

Como resultado de los acuerdos establecidos en la entrevista, el 24 de febrero de 1821, se proclamó el Plan de Iguala en el que se manifestaron los tres principios rectores del pacto, estableciendo la “Religión” Católica como única tolerada en la nueva nación, la “Independencia” de México y la “Unión” entre los pobladores.

También, en esa fecha, el sastre José Magdaleno Ocampo entregó a Iturbide un pendón insignia para representar la Bandera del Ejército Trigarante confeccionada con los elementos, símbolos y colores que fueron establecidos en el Plan de Iguala.

El Ejército Trigarante se conformó por un gran número de elementos de Infantería, Caballería y Artillería que habían pertenecido al Ejército Realista, así como de organizaciones insurgentes, sumando un efectivo total de 16,134 hombres, entre los Generales, Jefes y Oficiales más destacados que fueron integrados a esas filas, estuvieron Vicente Guerrero, Nicolás Bravo, Anastasio Bustamante, José Antonio de Echávarri, José Joaquín de Herrera, entre otros.

Poco después de la integración de las Tropas Trigarantes, el Virrey Apodaca fue reemplazado por Francisco Novella, sin embargo, al no haber sido impuesto con legítima autoridad. Las Cortes Españolas enviaron a Juan O’Donojú, en calidad de jefe Político Supremo de la Nueva España, quien sería el último representante de la Corona.

Entrada triunfal del Ejército Trigarante por calle de Madero

Iturbide al entrevistarse con Juan O’Donojú en Córdoba, el 24 de agosto 1821, firmaron un tratado en el que finalmente fue reconocida la independencia de México que simbólicamente es representada con entrada triunfal del Ejército Trigarante a la Ciudad de México, el 27 de septiembre de 1821​.

El 27 de septiembre de 1821, en la Plaza de la Constitución de la Ciudad de México una multitud expectante esperaba la llegada del Ejército Trigarante, comandado por el coronel Agustín de Iturbide.

Hombres y mujeres de todas las edades lucían en el pecho distintivos con los colores de la nueva bandera como emblema de la independencia: el blanco, simbolizando la pureza de la religión; el rojo, la unión entre mexicanos y españoles, y el verde la independencia.

El Ejército Trigarante entró a la ciudad, marchó por Bucareli, dio la vuelta a la derecha por la calle del Calvario y en la calle de Corpus Christi (hoy avenida Juárez) prosiguió su marcha por un costado de la Alameda. Cruzó la calle de Santa Isabel (hoy Eje Central Lázaro Cárdenas), pasó junto al convento de San Francisco y frente a la casa de los Azulejos, y por Plateros (hoy Madero) finalmente entró a la Plaza Mayor (hoy conocida como Zócalo).

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