La gastronomía mexicana es uno de los principales atractivos turísticos del país a nivel nacional e internacional. Los platillos típicos los podemos encontrar en mercaditos de prácticamente todo el país, pero también está la opción exótica y gourmet. En Ciudad de México se encuentra el mercado San Juan, uno de los más antiguos y tradicionales de la capital. Está ubicado en la calle Ernesto Pugibet, entre José María Marroquí y Luis Moya, a cuatro cuadras del Eje Central Lázaro Cárdenas y de la estación San Juan de Letrán, de la Línea 8 del Metro. Ahí se pueden encontrar una gran variedad de comidas tradicionales e ingredientes muy especiales, como carnes de armadillo, iguana, zorrillo, venado; también otras carnes internacionales, por ejemplo, tepezcuintle de Honduras; jabalí de Texas; avestruz, búfalo o cocodrilo de Florida. Pueden encontrarse codorniz, perdiz, pato, pichón, faisán, ganso, pavo y tórtola, entre otras aves. También una gran variedad de frutas, lácteos o pescados, así como anguilas y mantarrayas. También es posible degustar comida prehispánica como gusanos de maguey, escamoles, chapulines u algunos tentempiés como escorpiones, caracoles de tierra o ranas. Otro mercado distintivo de la capital de país es el de Medellín, ubicado en la misma calle de Medellín, número 234, de la Colonia Roma. Ahí puede encontrar productos latinoamericanos. Este emblemático establecimiento de aproximadamente 500 puestos y cuyo nombre oficial es mercado Melchor Ocampo, abrió en 1964 y fue después del terremoto del 68 que abrió paso a comerciantes latinoamericanos. En este famoso mercado se pueden encontrar productos y platillos cubanos, brasileños, colombianos, venezolanos, peruanos, españoles y asiáticos. En el caso de los productos de Colombia, se encuentran los tradicionales buñuelos de forma redonda, así como frijoles rojos, las frutas lulo, tomate de árbol y el ñame. En el caso de la gastronomía peruana, se vende el ají conocido en México como pimiento, productos enlatados y la tradicional bebida andina “Inca Kola”, entre otros productos no perecederos. Entre sus pasillos hay dos pequeños puestos con productos de China, Japón y Corea. En el estado de Oaxaca, en plena capital, se encuentra el mercado 20 de Noviembre. Se inauguró en marzo de 1862 y su construcción tardó alrededor de 20 años, con el objetivo de alojar a comerciantes que ocupaban la plaza principal. Lo más famoso de ese mercado son las decenas de vendedoras de téjate, bebida preparada con maíz, flor de cacao y semilla de mamey, que se sirve en jícara. Mientras, alrededor del establecimiento, vendedores de diferentes municipios del estado ofertan chapulines, pan y verduras. Adentro se encuentra un pasillo repleto de diferentes tipos de carnes asadas estilo Oaxaca como su tradicional tasajo y el chorizo. Entre los otros pasillos, se pueden probar los diferentes tipos de mole, característico de la entidad, así como pan de yema y tlayudas. En Mérida, se encuentra el mercado Lucas de Gálvez, que es parte de la historia, tradición, cultura, costumbres y gastronomía de Yucatán. Entró en funcionamiento el 16 de septiembre de 1887, y ha sido sometido a tres rehabilitaciones para hacerlo más grande y permitir el libre tránsito de los turistas que no sólo buscan comida típica del estado, sino también los famosos vestidos artesanales y guayaberas. La diversidad gastronómica en este mercado va desde verduras, semillas, especias, carnes y frutos cultivados por agricultores locales, hasta los salbutes y panuchos o el castacán de cerdo, caldo de pavo, relleno negro, chocolomo y los dulces típicos de Yucatán como el dulce de papaya y los merengues. En todos los pasillos de este lugar, se podrán encontrar platillos y aguas preparados con la conocida planta de chaya, característica de Yucatán y además de poder disfrutar de un delicioso xec de frutas con chile y limón o como coloquialmente la llamamos, ensalada de frutas… Del sur, pasamos al occidente del país: en Guadalajara, Jalisco, está el mercado San Juan de Dios, se dice que recorrerlo por completo tomaría aproximadamente una semana. Tiene más de 3 mil locales y es conocido como el mercado techado más grande de América Latina, con 40 mil metros cuadrados de extensión. Cuenta con tres niveles, en los que se venden artesanías, comida, frutas, verduras, ropa, calzado, aparatos electrónicos y muchos otros artículos. En el tema gastronómico, el primer nivel del mercado, también conocido como San Johnny, cuenta con una sección con toda clase de platillos, como las tradicionales tortas ahogadas y dulces típicos de Jalisco; también se ofrecen tacos, pozole y menudo. En el segundo nivel están las fondas y pequeños restaurantes, con variados platillos mexicanos de toda la República.
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