Sobre una colina, en el corazón de Tlaxcala, se erige como ofrenda al cielo el Conjunto Conventual Franciscano y Catedralicio de Nuestra Señora de la Asunción, nuevo sitio Patrimonio Mundial de nuestro país.
Obtuvo este reconocimiento de la UNESCO por extensión. Se suma así a los “primeros monasterios del siglo XVI a las faldas del volcán Popocatépetl” inscritos desde 1994.
El reconocimiento hace justicia al primer convento construido por frailes en América. Cada elemento consolidó la semilla que hizo germinar el arte del nuevo mundo.
Se convierte en un núcleo generador primero de la evangelización de la Nueva España. Segundo, de las nuevas relaciones de las poblaciones originarias, los indígenas, los propios frailes, en la construcción misma, en los diseños arquitectónicos de los frailes con la gran riqueza creativa que tienen los pueblos originarios”, indicó José de la Rosa Herrera, director, centro INAH Tlaxcala.
Si algo tiene este espacio es su carácter fundacional, a los pies de este conjunto, de esta construcción, se empieza a construir la vida de Tlaxcala y también se empieza a construir este país con la visión que tenemos hoy de país y de nación”, dijo José Antonio Aguilar Durán, coordinador postulación del convento ante UNESCO.
El conjunto integra el antiguo convento franciscano, hoy Museo Regional de Tlaxcala.
Le va a permitir a los visitantes tener una panorámica no solamente de la ciudad sino a lo largo y ancho de la historia, dirían los antropólogos, de manera diacrónica y sincrónica, entre el aquí y el ahora y el hilo de la historia, desde la época prehispánica”, agregó José de la Rosa Herrera.
Destaca la Catedral de Nuestra Señora de la Asunción, en restauración y mantenimiento. Tiene elementos excepcionales como su techo de madera o alfarje estilo mudéjar.
Esta techumbre artesonado maravilloso en madera e incrustaciones metálicas en otro que son de una filigrana extraordinaria y todas las capillas que tiene, tiene retablos barrocos impresionantes”, mencionó de la Rosa Herrera.
El atrio o patio principal fluye en la historia y conduce a la torre exenta; hay solo 31 campanarios de este estilo en el país. Y la capilla abierta.
Es la capilla del Rosario, también llamada la capilla del Santo sepulcro y era un humilladero donde llegaban los indígenas tlaxcaltecas en una acción de humildad, no de humillación estrictamente, a andar hacia el templo”, enfatizó José Antonio Aguilar.
Para preservar el esplendor de este sitio patrimonio de la humanidad en Tlaxcala, también se presentó a la UNESCO un plan de manejo para los próximos diez años.
Es un esfuerzo muy grande de planeación estratégica, para las próximas administraciones, no solamente las que vengan, municipal, estatal y federal, tienen un instrumento de planeación y saber qué hace falta, cómo se tiene que hacer”, añadió Aguilar Durán.
México tiene inscritos ante la UNESCO 35 sitios Patrimonio Mundial.