La muerte de un ser querido implica no solo un proceso emocional, sino una serie de gastos para la familia que en ocasiones pueden ser difícil de solventar.
En México, de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), de enero a marzo de 2025 se registraron 211 mil 894 defunciones.
Ya sea por enfermedades, accidentes u otras causas, la muerte implica diversos costos que van desde trámites legales hasta servicios funerarios.
Por ejemplo, en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), se ofrecen dos paquetes económicos que valen 11 mil 384 pesos cada uno, ambos incluyen, velación en capilla o domicilio, arreglo estético y embalsamamiento, traslado del cuerpo y asesoría para trámites.

La diferencia es que uno incluye, además, un ataúd nuevo, mientras que el otro incluye un féretro de donación y la cremación.
En otras agencias funerarias ofrecen cremaciones de 10 mil pesos que incluyen sólo la recolección y traslado, trámites legales y entrega de urna, pero hay otros planes mucho más costosos: planes completos que pueden costar cerca de 80 mil pesos.
En los diferentes estados del país, cuando la familia decide dar el último adiós a su ser querido en casa se deben considerar además de la velación, gastos extras como la misa, el entierro o cremación, rosarios y comida.
También se suman los trámites administrativos como pago de perpetuidad o de sepultura, que depende de si es en panteón privado o público.