El pavo es sin duda uno de los protagonistas de la cena de Nochebuena, pero ¿sabías que en México su consumo es muy reducido el resto del año?
Según el coordinador del Centro de Enseñanza, Investigación y Extensión en Producción Avícola (CEIEPAv) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Jorge Miguel Iriarte, el consumo per cápita de pavo en nuestro país es de apenas 1.25 kilogramos al año, y 90% de éste ocurre en la temporada navideña.
En comparación, el consumo anual de pollo alcanza los 33 kilogramos por persona, según datos de la Unión Nacional de Avicultores.
En contraste, en Estados Unidos el promedio de consumo de pavo es de 7.2 kilos anuales por habitante, siendo el Día de Acción de Gracias la fecha donde más se prepara este platillo.
Producto mayoritariamente importado
Aunque el pavo es nativo de América del Norte, solo 6% de los pavos que llegan a las mesas mexicanas son criados en el país. El resto se importa principalmente de Estados Unidos, Brasil, Canadá y Chile.
Además, factores como su tamaño (generalmente entre 8 y 10 kilos, aunque ya hay presentaciones más pequeñas de 5 o 6 kilos) y su costo —150 pesos por kilo entero y 110 por kilo de pechuga— han dificultado que se consuma con mayor frecuencia.
La reciente crisis de gripe aviar en Estados Unidos también impactó su disponibilidad en los últimos años. En 2022, por ejemplo, el CEIEPAv apenas logró producir 150 pavos. Sin embargo, en el 2024, la cifra aumentó a 400, lo que refleja una recuperación en la producción, según Jorge Miguel Iriarte.
Un alimento noble y saludable
El pavo tiene características que lo convierten en una opción ideal para quienes buscan una dieta equilibrada. Además, su crianza es relativamente rápida, alcanzando su desarrollo óptimo entre las 12 y 14 semanas.
“Es una carne magra y de fácil digestión, cualidades que la convierten en una recomendación frecuente de los nutriólogos. Su bajo contenido de grasa, alto aporte proteico y reducido nivel calórico, la hacen ideal para una dieta equilibrada y saludable”, precisó el experto.
En México, Yucatán es el principal productor de pavo, seguido de Puebla, Estado de México, Veracruz y Tabasco.
En el sureste del país, el pavo no solo se consume en Navidad; forma parte de platillos tradicionales como el relleno negro, el caldo de pavo y el pavo en escabeche, lo que ayuda a que su consumo sea más constante en la región.
Guajolote, el hermano olvidado del pavo
Aunque el pavo es el preferido en las fiestas, su pariente cercano, el guajolote o pavo criollo, sigue presente en uestro país, principalmente en el autoconsumo. Su crianza es más lenta (de cinco a seis meses), pero su carne también es magra y nutritiva. Sin embargo, su coloración oscura y los puntos negros que deja al desplumarlo suelen ser menos atractivos para los consumidores.
El CEIEPAv busca fomentar su crianza durante todo el año, no sólo para consumo, sino también como una forma de apoyar la producción nacional de aves. En colaboración con la Facultad de Estudios Superiores Cuautitlán, incluso ofrece pavos criados en sus instalaciones al público, a través de la tienda Puma Gourmet.
“En el CEIEPAv queremos producirlo todo el año, a fin de formar alumnos que se interesen en esta especie y ayuden un poco al crecimiento de la industria”, concluyó Iriarte.