La organización Causa en Común presentó su informe sobre las atrocidades que azotaron el país, en el año 2021. En México los actos de violencia de mayor impacto se encuentren contemplados en las estadísticas oficiales, pero en el reporte “Atrocidades registradas en medios. Galería del horror”, se presenta un análisis de las publicaciones periodísticas sobre los principales hallazgos sobre hechos denominados como “atrocidades” que se registraron en la prensa. Las atrocidades, según señala el documento, “son ejemplos de una galería de horrores, toda vez que, del total de este tipo de eventos, solo algunos son difundidos por los medios de comunicación”. Desde Causa en Común definieron las “atrocidades” como “el uso intencional de la fuerza física para causar muerte, laceración o maltrato extremo o en su caso para causar la muerte de un alto número de personas. La muerte de personas vulnerables o de interés político, y/o para provocar terror”, también se consideran atrocidades en este documento. 
En el informe hay que tomar en cuenta algunos factores que muestran sólo un pequeño panorama, puesto que no todas las atrocidades tienen una publicación periodística y también se tiene que tomar en cuenta que hay un número mayor de víctimas que de noticias, puesto que en las notas de los medios de comunicación pueden referirse a un solo suceso, pero que afectó a varias personas. Y también, hay un menor número de eventos que de víctimas, porque algunos hechos engloban a varias personas como lo son las masacres. En el documento se muestra que se obtuvieron cuatro mil 191 notas periodísticas sobre eventos que pueden catalogarse como atrocidades. En ellas se contabilizaron cinco mil 333 atrocidades, en las que hubo ocho mil 759 víctimas. Los estados donde se registraron más noticias de atrocidades fueron Guanajuato con 400, Jalisco mostró 258, Estado de México 241 y en Michoacán hubo 235 atrocidades publicadas en los medios de comunicación. 
Mientras que los estados con el menor número de registros de atrocidades fueron Durango, Coahuila, Yucatán y Baja California Sur. Pero al igual que con el resto de las entidades, habrá un número indeterminado de atrocidades que no fueron registradas por la prensa. En el informe se muestra que el mes de julio fue el que acumuló más casos de masacres, con al menos 67; marzo fue el mes con más casos de fosas clandestinas con 104; junio fue el mes con más casos de mutilación y destrucción de cadáveres, pues hubo 91 publicaciones sobre estos crímenes, y julio fue el mes con más casos de tortura, con al menos 133. En promedio, se registraron a través de medios, 445 atrocidades cada mes, siendo julio el mes con mayor cantidad, con al menos 551. 
Causa en común presentan un “mosaico de dolor y crueldad, que se esconde detrás de las cifras de incidencia delictiva”, que lejos de la mitología sobre crimen organizado, muestran que estas atrocidades son perpetradas por personas que no forman parte de organizaciones criminales. El documento muestra la violencia criminal, pero también la violencia familiar, comunitaria y la violencia social. Dentro de las propuestas de Causa en Común señala que los ciudadanos tienen la responsabilidad de exigir reformas de cuerpos policiales y de fiscalías, que atiendan insuficiencias y la resolución de casos que han agraviado a la comunidad, con investigaciones sólidas. También señalaron que faltan aproximaciones sociológicas que trasciendan los enfoques policiacos y que permitan la comprensión de las realidades locales, que contribuyan a la construcción de políticas de seguridad que respondan a las realidades de cada comunidad y región del país.
En el informe hay que tomar en cuenta algunos factores que muestran sólo un pequeño panorama, puesto que no todas las atrocidades tienen una publicación periodística y también se tiene que tomar en cuenta que hay un número mayor de víctimas que de noticias, puesto que en las notas de los medios de comunicación pueden referirse a un solo suceso, pero que afectó a varias personas. Y también, hay un menor número de eventos que de víctimas, porque algunos hechos engloban a varias personas como lo son las masacres. En el documento se muestra que se obtuvieron cuatro mil 191 notas periodísticas sobre eventos que pueden catalogarse como atrocidades. En ellas se contabilizaron cinco mil 333 atrocidades, en las que hubo ocho mil 759 víctimas. Los estados donde se registraron más noticias de atrocidades fueron Guanajuato con 400, Jalisco mostró 258, Estado de México 241 y en Michoacán hubo 235 atrocidades publicadas en los medios de comunicación. 
Mientras que los estados con el menor número de registros de atrocidades fueron Durango, Coahuila, Yucatán y Baja California Sur. Pero al igual que con el resto de las entidades, habrá un número indeterminado de atrocidades que no fueron registradas por la prensa. En el informe se muestra que el mes de julio fue el que acumuló más casos de masacres, con al menos 67; marzo fue el mes con más casos de fosas clandestinas con 104; junio fue el mes con más casos de mutilación y destrucción de cadáveres, pues hubo 91 publicaciones sobre estos crímenes, y julio fue el mes con más casos de tortura, con al menos 133. En promedio, se registraron a través de medios, 445 atrocidades cada mes, siendo julio el mes con mayor cantidad, con al menos 551. 
Causa en común presentan un “mosaico de dolor y crueldad, que se esconde detrás de las cifras de incidencia delictiva”, que lejos de la mitología sobre crimen organizado, muestran que estas atrocidades son perpetradas por personas que no forman parte de organizaciones criminales. El documento muestra la violencia criminal, pero también la violencia familiar, comunitaria y la violencia social. Dentro de las propuestas de Causa en Común señala que los ciudadanos tienen la responsabilidad de exigir reformas de cuerpos policiales y de fiscalías, que atiendan insuficiencias y la resolución de casos que han agraviado a la comunidad, con investigaciones sólidas. También señalaron que faltan aproximaciones sociológicas que trasciendan los enfoques policiacos y que permitan la comprensión de las realidades locales, que contribuyan a la construcción de políticas de seguridad que respondan a las realidades de cada comunidad y región del país.