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Cultivos de cacao renacen en sureste de México

Cultivos de cacao renacen en sureste de México

FOTO: CIENCIA UNAM

El cacao es un fruto ancestral que endulza y transforma comunidades. Generación tras generación, las familias que viven en la región La Pila, Tabasco, han aprendido a arar la tierra.

“Este cacao lo corté ayer y ya lo lavé y lo traje aquí al secador solar por lo general lo que le doy aquí son de tres a cuatro días”, comentó Marisol Rodríguez Alegría.

Aquí se ha dejado la crianza de gallinas y vacas para cultivar este fruto que se ha convertido en el principal medio de subsistencia.

“Independientemente de la producción del cacao, viene a unificar la familia a unir ese tejido social que muchas veces se ha ido perdiendo, entonces, aquí en la producción trabajan los papás, los hijos, los nietos que vienen por momentos a ayudar”, explica Carlos Cruz Hernández.

Mientras que José Cruz Gómez, uno de los productores de cacao, explica que su familia le ayuda con el cultivo del cacao, “me echan la mano desde un principio me ayudan a limpiar a cuidar las plantas a mover las plantas de aquí y como siempre estamos unidos y siempre ellos están alegres por el cultivo”.

Chocolate del Bienestar

El ingrediente principal para que el cacao dé frutos es la colaboración y es que estos plantíos no podrían crecer sin la sombra de otros árboles más grandes.

Ese mismo acompañamiento es el que productoras y productores han encontrado en el Chocolate del Bienestar, una iniciativa del Gobierno de México para promover el consumo de productos locales.

“El cacao llevamos seis años y vamos para siete y he visto que sí está dando producción y ahorita ya hemos cosechado como 200 kilos con el año pasado y ahorita y esperamos que para este año cosechemos más”, expresó Reinalda Hernández Martínez.

Apoyo a los productores y productoras de cacao

En 2022, México exportó 390 toneladas de cacao, con un valor de 1.7 millones de dólares, sin embargo, muy poco de ese dinero terminó en las manos de las y los productores del campo.

Reinalda y José madrugan todos los días, junto con su fiel lomito, para cuidar de los plantíos de cacao. Las cosechas pueden tardar hasta cinco meses, dependiendo de las lluvias, dicen, pero las grandes empresas nunca pagan el esfuerzo de estos productores y productoras, y es que, mientras los llamados “coyotes”, pagan sólo 100 pesos por el kilo de cacao, en el mercado lo ofertan al doble.

“El coyotaje siempre va a llevar la ganancia, ellos son los que procuran ganar más, entonces, pues el precio que paga el coyotaje podrá ser 140, imagínese lo que se llevan de ganancia, eso no es correcto, venderle al ‘coyotero’”, comentó Neftalí López Lara, otro de los productores de cacao en Tabasco.

Un precio justo

Con Alimentación para el Bienestar, que encabeza la estrategia del Chocolate del Bienestar, el mismo kilo de cacao se le paga a un precio justo, entre 180 y 220 pesos.

“Les estamos pagando precios justos, actualmente estamos acopiando en el estado de Tabasco, tenemos dos centros de acopio y tenemos un centro de acopio en el norte de Chiapas donde estamos comprándoles a las y los pequeños productores”, aseguró Manuel Ochoa de Alimentación para el Bienestar.

Y para frenar el abuso de estos intermediarios, el gobierno de México capacitó a las comunidades cacaoteras de Tabasco, Chiapas, Guerrero sobre cómo sembrar mejor el fruto y cómo aprender a comercializarlo.

“Con estos dos programas, tanto federal que inició hace siete años y en 2019, el estatal que inicia con esta administración nueva que están impulsando nuevamente para rescatar este emblemático cultivo”, dijo Manuel Ochoa.

Tan sólo en Tabasco, son ya 50 mil hectáreas de cacao las que se están cultivando.

Finalmente, el chocolate llega a las Tiendas del Bienestar a un precio también accesible para las familias mexicanas. Sus costos van de los 14 a los 96 pesos, muy por debajo de los precios de las marcas tradicionales.

Así, el Chocolate del Bienestar no sólo es una estrategia para fomentar la producción nacional, es una forma de dignificar a el esfuerzo y trabajo de estas familias.

“Las compañeras junto conmigo le hemos puesto mucho esfuerzo como ir al campo a trabajar y como organizarnos en casa, porque también tenemos hijos”, María de Jesús González, también productora de Cacao.

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