Era mucho más que el enemigo en casa, juez y parte. El Cártel de Genaro García Luna dictaba las reglas del narcotráfico en México, amparado en el uniforme que debía defender, no sólo inclinaba la balanza para facilitar las actividades delictivas de uno u otro cártel del narcotráfico en México, también participaba en el ilegal y muy lucrativo negocio de la venta y distribución de drogas.
Así consta en la acusación formulada por el Departamento de Justicia de Estados Unidos contra García Luna, el mismo expediente en el que se reclama a sus dos hombres de mayor confianza: Luis Cárdenas Palomino y Ramón Eduardo Pequeño García, segundos en la estructura del ente criminal descrito por los fiscales.
Desde 2020, la justicia de Estados Unidos solicitó su aprehensión, en la misma causa por la que el martes el exsecretario de Felipe Calderón fue declarado culpable.
Se les imputan tres cargos de conspiración para el tráfico y distribución de cocaína y otro por la recepción de sobornos multimillonarios, por parte del Cártel de Sinaloa.
Hombres de mayor confianza
Cárdenas Palomino, quien fungía como titular de la División de Seguridad Regional de la secretaría a cargo de García Luna, vive desde el 5 de julio de 2021 en la prisión de alta seguridad de El Altiplano, en el Estado de México.
Fue procesado por el delito de tortura contra miembros de la banda de secuestradores “Los Zodíacos”, origen al montaje en televisión de la supuesta aprehensión de Israel Vallarta y Florence Cassez.
Mientras que Ramón Pequeño, fue titular de Inteligencia de la Policía Federal y tenía bajo su responsabilidad la vigilancia de Joaquín “El Chapo” Guzmán cuando escapó de la prisión de El Altiplano en 2015.
Después se desempeñó como asesor de Alfonso Durazno, secretario de Seguridad Pública y Protección Ciudadana. Pequeño desapareció y sigue prófugo.
Pero la red que ahora se conoce como el “Cártel de Genaro García Luna”, contaba con más elementos, un grupo compacto de hechura en corporaciones policiacas y de inteligencia, como el desaparecido Centro de Investigación y Seguridad Nacional (CISEN).
“Cártel de Genaro García Luna”
Así, en el organigrama construido por fiscales estadounidenses aparece como operador Facundo Rosas, comisario de la extinta Policía Federal, procesado desde enero de 2021 por la Fiscalía General de la República (FGR), por su responsabilidad en el tráfico de al menos dos mil 500 armas de fuego, se trata de la operación “Rápido y Furioso”, acordada con autoridades de Estados Unidos, un expediente en el que también se acusa al propio García Luna, Cárdenas Palomino y a Joaquín “El Chapo” Guzmán.
También el excomandante de la Policía Federal, Iván Reyes Arzate, alias “La Reina”, quien se declaró culpable de tráfico de cocaína en una corte de Estados Unidos, donde fue condenado a 10 años de prisión.
Mientras que Edgar Enrique Bayardo del Villar participó en este grupo hasta que fue aprehendido por participar en actividades delictivas con Ismael Zambada, “El Mayo”, en el Cártel de Sinaloa. Se convirtió en testigo protegido de la entonces PGR, con un salario mensual de 50 mil pesos, hasta que sicarios de alguno de los grupos que delató lo mataron en 2015, a plena luz, en una cafetería de Ciudad de México.