Acolman, pueblo mexiquense con encanto, que está ubicado a 40 kilómetros al noreste de Ciudad de México, es considerado la cuna de las piñatas que dan magia y alegría a la Navidad en México.
Cientos de familias viven de esta herencia ancestral que data de al menos 400 años. Fue en el exconvento de San Agustín donde se elaboró la primera piñata de barro en estas tierras y se rellenó con frutas de temporada; nació así una tradición que se asentó en las familias.
“En lo personal llevo 20 años trabajando la piñata, yo inicié por mi mamá, ella es la que empezó, pues le surgió la idea de que siendo Acolman la cuna de la piñata por qué no hacer piñatas, así ella emprendió pues esta artesanía, y ahora, actualmente, que somos sus hijos, seguimos con esta tradición”, dijo María del Rocío, artesana de piñatas de Acolman, Edomex.
Una familia dedicada a esta actividad desde hace décadas, retomaron su oficio desde agosto pasado, para vender en esta temporada.
De acuerdo con estos artesanos, algunos producen más de diez mil piñatas de diferentes tamaños en el año, para el mercado local y nacional.
Estas piñatas tienen muchas formas, pero la original es la estrella de siete picos, que representa a cada uno de los siete pecados capitales: soberbia, avaricia, lujuria, ira, gula, envidia y pereza.
“Elaboramos nuestras piñatas conforme sabemos la historia, los colores deben de ser muy vistosos, una piñata muy atractiva, puesto que se dice que cada uno, la venda, el palo, la piñata tiene su significado, entonces todo eso tiene que envolver en la actualidad a nuestros clientes”, agregó María del Rocío.
Elaboran ollas de cartón coloridas de siete colores, desde pequeñas hasta monumentales, para adornar las fiestas patronales, la Navidad, Día de Muertos, primeras comuniones y hasta bodas, a petición del cliente.
“Estoy usando un papel de china para hacer unas hojas, con estas hojitas vamos a elaborar las nochebuenas, primero lo plasmamos en el papel una por una, con un lapicero, después la cortamos para poder hacer este pequeño cortesito y así elaborar nuestras nochebuenas; en tiempo me llevo como un día completo”, señaló Alberto Hernández, artesano de piñatas.
Este trabajo requiere de paciencia y habilidad para trabajar, como la materia prima, como ir pegando papel periódico o cartoncillo, papel china y tiras multicolores y darle mayor lucimiento a las figuras.
“Es papel china, se hace el corte con ciertas distancias y yo recibo la base de cartón y le tengo que poner el engrudo a los picos; no se le pone mucho porque se moja el cartón y ya no sirve, entonces debe ser nada más una cantidad considerable y ya se va pegando poco a poco”, comentó Montserrat Juárez, artesana de piñatas de Acolman.
Artesanas y artesanos inician sus actividades con el uso de molde de papel o cartón.
“Hay varios tipos de decoraciones con el papel china ya que me lo dan así en cuadritos, este lo doblamos a la mitad para que quede en triángulo y de ahí otra mitad más y se forma el cono, le tenemos que poner silicón a la mitad para que se pegue y también en estas áreas y poder pegarlo en la piñata”, puntualizó Itzel Juárez, artesana de piñatas.
Con el paso de los años, las piñatas tuvieron algunas variantes. Las clásicas son en forma de flores, Santa Claus y estrellas, pero hay también de frutas o vegetales, payasos, superhéroes y personajes de moda, claro ya sin la olla, como era el sustento original de su armado.