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El “Halconazo”, una herida abierta en México

En el cruce de la calzada México-Tacuba y avenida de los Maestros, las y los estudiantes fueron emboscados por "Los Halcones".

El “Halconazo” es una herida abierta en un México que camina a prisa y otro que se niega a olvidar, ocurrió el 10 de junio de 1971. 

Ese día, estudiantes del Instituto Politécnico Nacional (IPN) y de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) regresaron a las calles después de la masacre del 2 de octubre de 1968. Protestaron contra la violación a la autonomía de la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL).

FOTO: UNAM

En el cruce de la calzada México-Tacuba y avenida de los Maestros, afuera de la estación del Metro Normal, las y los estudiantes fueron emboscados por cientos de jóvenes entrenados por militares para disolver manifestaciones: “Los Halcones”.

“Cuando llegamos a la boca-calle de calzada de los Maestros empezaron a agredir y empezaron a pegar con las varas y todo eso. Nos agredieron brutalmente, a mí me dieron con un kendo en la nariz. Aquí todavía se ven las huellas de aquella vez”, contó el exestudiante del IPN y sobreviviente de este hecho, Víctor Guerra. 

“Los Halcones” eran dirigidos por el coronel Manuel Díaz Escobar y adiestrados en artes marciales. A cada uno, de acuerdo con información oficial, le pagaban 60 pesos, 65 a los más agresivos. Ese 10 de junio no sólo portaban palos, también armas de fuego.

Diversos agentes, relató Víctor Guerra, empezaron a bajar de vehículos y les dieron armas de fuego a los jóvenes halcones. Eran rifles M-1. A esto se sumaron francotiradores y más violencia, así lo recordó el integrante del Comité 68 Pro Libertades Democráticas, David Roura. 

FOTO: UNAM

Los disparos comenzaron desde el fondo de la calle Salvador Díaz Mirón.

“Entonces todo mundo empezó a correr”, agregó la egresada de la UNAM, Lula Rodríguez. 

En los segundos y terceros pisos de edificios como este se apostaron los francotiradores que dispararon contra la multitud aquel 10 de junio de 1971.

De acuerdo con la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), al menos 120 jóvenes cayeron abatidos en este lugar.

Previo a la marcha, elementos del cuerpo de granaderos intentaron disuadir a los estudiantes, pero durante la agresión fueron omisos.

“Estos granaderos no hicieron nada, se mantuvieron, así como al margen, como diciendo este pleito no es nuestro”, expresó David Roura. 

FOTO: UNAM

Las y los estudiantes cayeron ante la mirada de sus compañeros.

“Resulta que había como más de 10 muchachos heridos, entre esos estaba un jovencito que se llamaba Treviño y tenía una perforación aquí [muestra el centro del estómago] sin una gota de sangre. Entonces me decía, yo creo él me vio la cara y me dijo: ‘me voy a morir, ¿Verdad?’”, agregó Lula Rodríguez.

Al día siguiente, Excélsior responsabilizó a grupos de choque y habló de seis muertos mientras que las autoridades reconocieron el asesinato de 120 jóvenes, otras versiones citaron más de 200 víctimas. 

El regente Alfonso Martínez y el jefe de la policía capitalina, Rogelio Flores Curiel fueron obligados a renunciar, pero el expresidente de México, Luis Echeverría, se deslindó y culpó del clima de agitación a jóvenes influenciados por “provocadores del extranjero”.

Más tarde, Echeverría fue acusado de genocidio por los hechos del 10 de junio de 1971, pero murió impune.

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