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El otro lado de la maternidad que viven muchas mujeres

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La maternidad de Paulina no fue como en los cuentos o las telenovelas. El embarazo de gemelos le pasó por el cuerpo y también por el alma, la llenó de culpa y la partió en dos.

“Siempre estoy en esta dualidad en el que amo ser mamá de André y Luca, pero no amo la idea de ser mamá; de la maternidad, esa no la amo, todo el tiempo siento como cierta culpa por sentir descanso al irme a trabajar”,expresó Paulina, quien es medico cirujano y madre de familia.

La joven médico no es la única con una maternidad poco habitual; a Miroslava la empatía no le llegó al nacer su primera hija:

“De repente tenía conflicto con mi esposo porque me decía “oye la niña está llorando cárgala” y yo “aach pero la estoy conociendo” y yo veía a otras mamás que decían “amo a mi hijita” y yo decía “no es cierto, no los conoces”, hasta que los conoces comienzas a tomarles cariño”, señaló la auditora y madre.

Para Paola asumir una maternidad diferente fue difícil, y decirlo fue más.

“Es muy fuerte escucharme, es tan fuerte que me cuesta trabajo decirlo en voz alta porque no es que me arrepienta de tener a mi hijo, que quede claro, pero sí creo que pude no haber sido mamá y no pasaba nada en ese sentido con mi felicidad”, comentó Paola Hernández, productora y madre de familia.

La valentía de estas mujeres radica, además, en pagar un alto costo social. Mónica Milpas quien es sociología de la UNAM dijo que los costos sociales que imponen a las mujeres, son muy fuertes, “desde esa responsabilidad de estar o no estar”.

Comentó que el señalamiento es parte de la contracorriente que libra la maternidad poco ortodoxa.

“La maternidad es sufrida, la tienes que sufrir pero no decir que la sufres porque entonces te ven mal, porque entonces dicen “ah no te gusta ser mamá, no eres buena mamá, si te quejas no está bien””, agregó Paulina.

También dijo que hay mujeres que se les da naturalmente, no lo sufren y lo disfrutan “nacieron para eso, y hay personas que no nacimos para eso”.

En una sociedad tradicional nacer mujer es cuestión de roles, aseguran especialistas. Por su parte, Mónica señaló que hay roles asignados “los varones son asignados a lo público y las mujeres a lo doméstico”.

Y es que 33 de cada 100 hogares en el país son liderados por una mujer. Miroslava es una de ellas, ya que decidió invertir los roles:

“Se cambiaron los roles completamente yo era la que proveía más y el se encargaba toda la semana de los niños, lo aceptó y funcionó”, comentó.

Desde el amor y luego de estar presente en su infancia, Paola cedió al padre de su hijo su crianza adolescente. Sostuvo que no se trata de libertad sino de decisiones de hacer lo que la maternidad no ha permitido hacer, porque se entiende como “sacrificios”.

Los especialistas destacan que la responsabilidad de la crianza de las infancias es responsabilidad de ambos progenitores y también del Estado.

“Exigir a estas instancias del Estado que garanticen las condiciones para que se prodigue el trabajo doméstico y el trabajo público en la misma igualdad de condiciones. Es más sano tener una mamá emocionalmente plena, porque se siente bien en su trabajo, se siente realizada; no tener una mamá en nuestra casa que no es feliz”, señaló Mónica.

La igualdad de condiciones abona a quitar peso de responsabilidad a las mujeres.

Los especialistas destacan la necesidad de colocar el tema de una maternidad diferente en la agenda de igualdad, para así reconocer la diversidad de apego en las infancias y de garantizar su salud y atención.

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