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El sur de México fue epicentro de la Guerra Sucia, señala Fritz Glockner

Las promesas incumplidas de la revolución sobre el reparto agrario, la consolidación de caciques que decidían el destino de las comunidades, así como la mano dura del gobierno ante las voces que pedían justica, fueron tierra fértil para el surgimiento de grupos rebeldes en la segunda mitad del siglo pasado.

 

La respuesta opresora del Estado a esos movimientos, dio origen a la llamada Guerra Sucia.

 

Además, el triunfo de la Revolución Cubana en 1959 significó una bocanada de aire fresco para los movimientos de izquierda en Latinoamérica y México no fue la excepción.

 

El historiador Fritz Glockner ubica en el sur de México el epicentro de la embestida del gobierno con la Guerra Sucia, una etapa negra en la historia de México, que incluyó desapariciones forzadas, ejecuciones extrajudiciales y tortura de disidentes políticos.

 

Una etapa que nadie había tomado la decisión de investigar, pero cuyos hechos se revisarán e indagarán por primera vez con la creación de la Comisión para la Verdad, anunciada la semana anterior por el subsecretario de Gobernación, Alejandro Encinas.

 

Y precisamente, de los orígenes de los movimientos a los que el gobierno dio respuesta con la Guerra Sucia, habla el historiados Fritz Glockner.

 

Aquí es curioso como los dos estados simbólicos de origen revolucionario: Zapata en su tierra, Morelos, y que se replica después con Rubén Jaramillo, y Chihuahua, la tierra de Villa, cómo se replica el movimiento agrario revolucionario”, Fritz Glockner, historiador.

 

Estos movimientos nacieron, dijo, como grupos de autodefensa y luego pasan a la ofensiva.

 

Aquí sí hay por parte de los grupos clandestinos revolucionarios una opción por la vía armada, evidentemente debido a que los cauces legales, los cauces de la participación política, se habían visto cancelados y sobre todo la reacción del Estado mexicano ante estas voces en rebelión tenía que ver con la represión como tal”, Fritz Glockner, historiador.

 

Como escarmiento a los rebeldes, en 1962, durante el gobierno de Adolfo López Mateos, es asesinado por miembros del ejército el líder campesino y ex revolucionario Rubén Jaramillo en Morelos, como parte de la llamada operación Xochicalco.

 

Jaramillo se había levantado en armas en busca de un reparto justo de tierras para los campesinos y una mejor paga a los cañeros, que recibían migajas por sus cosechas. Veinte años  estuvo en la mira del gobierno hasta que fue cazado junto a su esposa y los hijos de ella.

 

Ya mencioné a Rubén Jaramillo, del 43 al 62 cuando se lleva a cabo su asesinato en compañía de su esposa y sus tres hijastros, Y el hijo que traía Epifanía en el vientre”, Fritz Glockner, historiador.

 

Esos fueron parte de los horrores de la Guerra Sucia.

 

Desde 1965, luego del asalto al Cuartel Militar de Madera, Chihuahua, durante el sexenio de Gustavo Díaz Ordaz, la persecución contra los opositores al régimen fue implacable. Pero de ello, de la Liga 23 de septiembre y de otros movimientos hablará más adelante.

 

Por lo pronto, Fritz Glockner pone el énfasis en lo acontecido en un estado símbolo de esta historia: el estado de Guerrero, cuna de movimientos guerrilleros que buscaban acabar con las injusticias y derrocar al estado.

 

Evidentemente Guerrero se ha caracterizado no solamente en ese momento histórico de los sesentas y setentas, sino también ubiquemos los 90 con la actuación del EPR y del ERPI, por ejemplo, que tienen evidentemente su repercusión y ascendencia hacia otros estados como Oaxaca”, Fritz Glockner, historiador.

 

En Guerrero surge la Asociación Cívica Nacional Revolucionaria de Género Vázquez y el partido de los pobres de Lucio Cabañas, ambos maestros de la Normal “Isidro Burgos de Ayotzinapa”, hasta nuestros días un símbolo de protesta y represión.

 

Desde fines de los 50 Ayotzinapa se convierta dentro de todas las normales superiores rurales en un poco de reflexión ideológica que no se da en ningún otro tipo de institución académica”, Fritz Glockner, historiador.

 

Rojas y Cabañas son egresados de la Normal Isidro Burgos, pero llevan caminos ideológicos distintos, lo que facilita las acciones represoras del estado.

 

En ningún momento se plantea la unión de fuerzas por parte de Genaro y de Lucio, cada quien actúa en diferentes espacios de la sierra de Guerrero y no llegan a tener coincidencias para sumar esfuerzos como si llega a suceder en la guerrilla urbana”, Fritz Glockner, historiador.

 

En 1974, en plena campaña electoral por la gubernatura de Guerrero, el partido de los pobres secuestra al candidato priista Rubén Figueroa Figueroa, al que liberan meses después, pero la suerte de Lucio Cabañas estaba echada.

 

El 2 de diciembre de ese mismo 1974, es muerto durante un enfrentamiento con el Ejército.

 

A partir de entonces la respuesta de Gustavo Díaz Ordaz y su sucesor, Luis Echeverría Álvarez, fue despiadada, dice Fritz Glockner.

 

La Guerra Sucia dejaría en Guerrero más de 500 víctimas de desaparición forzada. Algunas de esas personas lanzadas al mar desde naves del Ejército.

 

Una historia que hasta hoy se recuerda entre las familias de Guerrero. Una historia a la espera de justicia. Como la que se espera de la Comisión de la Verdad.

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