A 32 días de la tragedia ocurrida en la mina de carbón el Pinabete, en Sabinas, Coahuila, donde diez mineros quedaron atrapados en uno de los pozos, sus familiares asistieron al lugar para despedirlos con una misa, globos blancos, flores, fotografías y mariachi.
El homenaje fue realizado en absoluta privacidad y solo asistieron familiares cercanos de las víctimas.
Todo parecía normal el pasado 3 de agosto.
Normal: definición del riesgo permanente al que están expuestos los trabajadores en aquella región carbonífera.
A las 13:30 horas la perforación en una de las paredes de la mina provocó la vertiginosa inundación de los pozos. Cinco trabajadores alcanzaron a salir, pero diez quedaron atrapados.
Desde el primer momento el presidente López Obrador ordenó el desplazamiento de equipos de seguridad de distintas dependencias: Marina, Ejército, Protección Civil y Guardia Nacional, entre otras, además de las policías municipal y estatal.
“La prioridad es 1: rescate; dos: fincar responsabilidades y castigar; a culpables; tres: protección a familiares”, señaló López Obrador.
Los familiares se mantenían a la espera de un milagro.
“Y le pido mucho a toda la gente que pida mucho, Diosito es muy grande y que hagan oraciones, muchas oraciones por qué es lo que necesitamos, necesitamos pedir mucho a Dios para que salgan con bien y esperamos y estamos todo seguro de qué va a salir con bien”, dijo Enedeida Toledo, familiar del minero atrapado, Jaime Montelongo.
Incluso Juana, cuyos hermanos trabajaban en el pinabete, dos alcanzaron a salir antes del derrumbe, pero uno de ellos quedó atrapado.
“Hugo Tijerina es el que está ahorita allí y que estamos esperando que lo saquen. Raimundo Tijerina está en el hospital, todavía no lo dan de alta desde el miércoles y mi otro hermano pues allí anda”, puntualizó Juana.
La coordinadora nacional de Protección Civil, Laura Velázquez, quedó al mando de las labores de rescate, pero conforme pasaban los días se presentaban nuevos obstáculos.
El pinabete está conformado por cuatro pozos verticales de 60 metros de profundidad, con una base que comprende 150 metros en línea horizontal. Y están las galerías, los accesos donde se cree quedaron atrapados los mineros.
“Nos con que las galerías son muy pequeñas, ellos trabajan agachados adentro de la galería, entonces esto hay que tomarlo muy en cuenta. Seguimos avanzando no hemos parado”, informó Laura Velázquez.
La lluvia que tanto necesitaba sabinas, presa en días pasados de una sequía crónica, llegó en el peor momento y obstaculizó los trabajos de rescate.
La estrategia tuvo que modificarse.
El pasado 31 de agosto se anunció que se realizará un tajo a cielo abierto para llegar a la base y localizar a las víctimas, que puede llevar de seis a ocho meses; se anunció una indemnización para las esposas por parte del gobierno federal.
Este sábado, a través de su cuenta de Twitter, Laura Velázquez reiteró su compromiso con las víctimas asegurando que, en el Gobierno Federal no hay lugar para el cansancio en el rescate ni la indiferencia ante el dolor.