El expresidente mexicano Enrique Peña Nieto obtuvo una visa dorada en España tras adquirir una millonaria propiedad en Chamberí, un lujoso barrio de Madrid, reveló el diario español El País.
De acuerdo con este medio, el exmandatario adquirió un local comercial de 105 metros cuadrados con terraza y que costó más de medio millón de euros (aproximadamente 10.5 millones de pesos).
“El permiso que se le concedió a Peña Nieto conocido como Golden Visa o visado dorado, permite regularizar a los grandes inversores que destinan al menos un millón de euros a la adquisición de activos españoles”, señala la publicación.
En ese lugar habilitó un departamento de lujo y pese a que el lugar no está habitado al 100%, se ha utilizado para reuniones sociales, donde “el acento mexicano ha acabado colándose por las ventanas del resto de los vecinos”.
¿Qué representa tener un visado dorado?
El visado de oro es un programa establecido en muchos países que permiten obtener la ciudadanía o residencia en ese territorio a cambio de una determinada inversión económica en el mismo.
De acuerdo con Martina Prpic en el artículo “Visados de oro, valores de la Unión, corrupción y delincuencia’’, se considera que la Golden Visa puede ofrecer oportunidades a los delincuentes, pues constituyen una herramienta para evitar la acción de la justicia en casos de evasión fiscal o lavado de dinero.
El texto fue publicado en mayo de 2018 por el Parlamento Europeo y advierte un contexto en el que el beneficio al que tuvo acceso Peña Nieto aplica en un estado de desigualdad contra las demás personas que buscan una residencia, pues no tienen que cumplir con los requisitos mínimos solicitados a personas de menores recursos.
También se considera, por los detractores de este mecanismo, que ofrecen oportunidades para la corrupción y la delincuencia, ya que “los segundos o terceros pasaportes son herramientas útiles para los delincuentes, los evasores de impuestos y los blanqueadores de capitales, que pueden necesitar nuevas identidades y lugares a los que escapar”.
Aún en un ambiente de respeto a la soberanía de cada país y en reconocimiento de que cada Estado define cómo otorgar la ciudadanía, el Parlamento Europeo manifestó su malestar respecto a este mecanismo.
Asimismo, expresó su preocupación por el hecho de que cualquier régimen nacional que pueda implicar en definitiva la venta directa o indirecta de la ciudadanía de la Unión Europea (UE}, socava el concepto mismo de ciudadanía europea.
En consecuencia, el Parlamento pidió a los estados miembros que fueran prudentes y tuvieran en cuenta los posibles efectos secundarios. También pidió a la Comisión que evaluara los regímenes en el contexto de los valores europeos.