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Especialistas de la UNAM buscan detectar ideas suicidas en redes sociales

El proyecto busca detectar palabras claves en las publicaciones de redes sociales que aludan al suicidio y así brindar ayuda psicológica

Un grupo multidisciplinario de persona científicas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) avanza en un proyecto para detectar presuntas ideas suicidas en textos de usuarios de redes sociales como Facebook y Twitter, mediante técnicas de lingüística computacional. La investigación es liderada por el titular del grupo de ingeniería Lingüística del Instituto de Ingeniería (II), Gerardo Sierra Martínez, y la académica de Posgrado de la Facultad de Psicología (FP) de la UNAM, Patricia Andrade Palos. Una de las formas emergentes de expresar una intención para cometer este acto, dijo Gerardo Sierra, se realiza a través de las plataformas y los espacios análogos que existen en internet, por lo que se expresan de manera textual en estos sitios por medio de su discusión y, en el peor de los casos, de su promoción. Por ello, continuó, es necesario conocer las dinámicas de su expresión que son propias de estos entornos virtuales y utilizar métodos como el análisis del lenguaje, a fin de desarrollar herramientas de detección que contribuyan a la labor preventiva. El proyecto, detallaron las y los especialistas, busca hallar características lingüísticas que sean identificadas y procesadas para hacer la detección del riesgo, lo que permitiría detectar personas que hipotéticamente deseen atentar contra su persona. Se realizó un conteo y comparativo del léxico, agregaron, en grupos de usuarios de Facebook y Twitter (son confidenciales por lo cual se ignora su identidad, porque no se tuvo acceso a sus perfiles) contra textos aleatorios de otros temas, que dio como resultado el establecimiento de una diferencia lingüística que existe entre la gente que señala algún presunto riesgo, y el que habla de cualquier otra cosa común.
“¿Cómo se logró?, a través de un conteo de palabras que se agruparon en distintas categorías lingüísticas y psicológicas; entre estas, están el que usuarios en riesgo hablan de sí mismos, siempre en primera persona, no utilizan el plural, ni el ‘nosotros’, o ‘ustedes’”, destacó Sierra Martínez.
Las frases, dijo, con alguna presumible ideación suicida pueden contener: “yo me siento así”; “yo estoy pensando”; “¿por qué me sucede esto a mí?; “me ha pasado…”. Conceptos como “llorar”, “desesperación”, “soledad”, “frustración”, “deprimido”, “pesimista”, están también integrados.
“En suma, se analizaron tres conjuntos de textos diferentes, cuyo contenido era sobre depresión y suicidio, por un lado; y por el otro, sobre temas aleatorios. El análisis entre estos arrojó resultados contundentes respecto a que sí existen diferencias lingüísticas significativas que son señal de riesgo de suicidio”, destacó Gerardo Sierra.
Herramientas Los resultados del proyecto, expuso el investigador, son inéditos para el país y para el idioma español mexicano. Sin embargo, se requiere continuar con investigaciones que confirmen y amplíen los datos de esta primera aproximación al fenómeno, con el fin de tener elementos contundentes del uso del lenguaje para la detección de casos en riesgo. Para tener un análisis del lenguaje, enatizó, de mayor alcance se elaboró un diccionario de Netspeak (palabras y abreviaturas que se utilizan en la comunicación por internet), el cual contiene una variedad de términos empleados en la globósfera. Aunado al desarrollo de esta herramienta se generó un contador de palabras basado en el programa LIWC (Linguistic Inquiry Word Counter), el cual las clasifica en una serie de categorías de tipo lingüístico y psicológico.
“El siguiente paso sería realizar un software que hiciera esta búsqueda continua y automatizada en redes sociales. De lo contrario, habría que hacer un seguimiento y analizar una cantidad inmensa de tuits y mensajes de Facebook, con las respectivas autorizaciones”, apuntó.
El desarrollo paulatino de estos métodos, firnalizó, generará aplicaciones que servirán para identificar los posibles casos urgentes que requieren atención psicológica y serán de ayuda para los profesionales de la salud en el diseño de programas de prevención basados en información clara y específica acerca de los pensamientos y emociones que las personas experimenten.

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