Se llevó a cabo la charla “Descentralizando la lucha feminista cannábica” a través de redes sociales de la colectiva Feminismo & Flow. Este evento es parte de las Jornadas Feministas Psicoactivas con motivo del 4/20, organizadas del 16 al 20 de abril, que tienen por objetivo informar y visibilizar los derechos de las mujeres usuarias de cannabis.
Nadie tendría porque cuestionar nuestros consumos con nuestras capacidades de maternar, estudiar o trabajar”: Val (F&F)
La charla estuvo a cargo de distintas colectivas provenientes de distintas entidades con la finalidad de reflexionar las experiencias de mujeres, desde distintos puntos en el país. Sobresalieron algunos puntos en el que convergieron las panelistas sobre ser mujer y consumidora en el contexto actual. Las panelistas consideraron que estos espacios de discusión y los espacios de consumo seguros y feministas, en sus entidades, están creados para informar y consumir de forma responsable.
Val (F&f) señaló que las experiencias de consumo están determinadas por una cuestión de género, por lo que es indispensable “generar espacios de consumo seguros. Incluso crear espacios separatistas o de morras y disidencias. Nunca falta el vato que quiera cruzarme o empedarme, para ver si me ‘apendejo’ y se me quite lo lesbiana.”
Además, nuestros consumos están atravesados por la manera en que consumen los vatos, pareciera que los vatos estén en competencia constante. Nuestras experiencias y consumos, al menos lo que he visto, son distintos”, dijo.
Tanto Ale (Conejas de ojos Rojos) como Rubí (Mujeres Cannábicas de Tlaxcala) coincidieron y compartieron la necesidad de generar espacios separatistas porque suelen ser más seguros y permiten la convivencia entre mujeres, sin necesidad de padecer el acoso de hombres cis género.
Las participantes consideraron que al interior del país prevalece el estigma religioso, sobre las maternidades y sobre ser mujer, por lo que a las mujeres consumidoras de cannabis suelen ser más violentadas. “Nuestro derecho al placer es negado todo el tiempo, tenemos que tener permisos para consumir y tienen que ser justificados,” señaló Val. Al respecto, Ale (Conejas de Ojos Rojos) dijo que las mujeres que son madres son violentadas porque se pone en duda su maternidad con el consumo cannábico.
Destacan que el que una mujer decida consumir este psicotrópico genera muchos retos: violencia por parte de las familias, de otros hombres consumidores, de la policía –porque viola, extorsiona y desaparece–, y de la sociedad que asume que las mujeres deben de cumplir el rol de mujeres perfectas, por lo que el consumo está sometido a la estigmatización y reproducción de estereotipos de género.
Dijeron también que legalizar un consumo más general podría romper, por un lado, con la cadena de la violencia generada por el narcotráfico. Al respecto, María Juana (Las ‘Maria Juana’ Bloque Cannábico Feminista de Hidalgo) enfatizó que “es hipócrita comprarle a ellos, porque ellos son los que generan la violencia, ellos nos secuestran, ellos están en el narcotráfico. Es mejor apoyar a una mujer que cultiva su hierba en su casa.”
Las mujeres señalaron que es necesario empezar desde el interior de las familias, ya que así las mujeres se empoderarán sobre su consumo y su autonomía, “porque nosotras tenemos derecho a decidir dónde, cuándo y con quién queremos vivir estas experiencias,” dijo Val (F&F).