Para salvar la vida, Jesús Armando Berrelleza deambuló durante dos semanas en la Sierra Tarahumara, en Chihuahua.
Jesús Armando es una de las dos personas que desapareció el pasado 20 de junio, día en que José Noriel, alias “el Chueco”, asesinó a dos sacerdotes jesuitas y un guía de turistas.
El otro desaparecido era su hermano, Paul Osvaldo Berrelleza, quien también fue asesinado por el delincuente.
De acuerdo con la Fiscalía de Chihuahua, ese día un ataque de ira, combinado con el uso de drogas, provocó que “El Chueco” agrediera, y después asesinara, a Paul Osvaldo Berrelleza.
Al ver el ataque contra su hermano, lo defendió y alcanzó a escapar hacia la Sierra, donde permaneció escondido.
Fue hasta este jueves cuando logró llegar a un poblado, explicó la Fiscalía, y llamarle a su padre. Con el testimonio de Jesús Armando se dio con el lugar donde fue enterrado el cuerpo de Paul.
Y es que “El Chueco”, refieren los propios habitantes de la Sierra Tarahumara, es una persona muy violenta.
Cuando consume drogas, si le molesta la manera en que lo saludan o lo miran llega a golpear a la gente o simplemente a matarla. Es, califican, el “terror de la Sierra Tarahumara”.